EL CORREO 08/02/13
· Un error de Roncal facilita la aprobación de una enmienda del PNV pese a la modificación del reglamento que vela por respetar el «sentir» de cada parlamentario.
· La presidenta accedió la semana pasada a repetir votaciones en otra enmienda sobre ETA.
Una decisión de la presidencia del Parlamento permitió ayer dar por buena una enmienda del PNV a favor del final de la dispersión de los presos de ETA, a pesar de que el texto solo pudo ser aprobado gracias a un error en la votación de la parlamentaria socialista Blanca Roncal. De haberse reflejado en el panel el voto contrario que la también vicepresidenta primera pretendía emitir –en su lugar, apretó el botón de la abstención–, la resolución habría decaído. Roncal registró un escrito de protesta, que llegó a entregar en mano a la presidenta, la jeltzale Bakartxo Tejeria, para exigir que se rectificase el resultado final de la votación. Sin embargo, Tejeria se negó con el argumento de que el sistema electrónico funcionó correctamente y tampoco la parlamentaria comunicó dificultades durante el tiempo en que la votación se mantuvo abierta.
En todo caso, la Cámara vasca volvió a verse salpicada por la polémica de las votaciones involuntarias ocho años después del controvertido episodio que permitió aprobar los Presupuestos del gabinete de Ibarretxe en 2005 gracias a un fallo de otra parlamentaria socialista, Irene Novales. Un error que llegó incluso a los tribunales y que fue mucho más determinante que el de ayer, ya que la enmienda que se sometió a votación no tiene efectos prácticos, aunque sí notable significación política. En aquel caso, el Constitucional dictó sentencia en 2007 a favor de la propia Novales, reconoció su derecho a verse reconocida en la votación y por ello anuló las cuentas que habían salido adelante gracias a la equivocación.
Es más, el fallo judicial propició incluso una modificación reglamentaria que ayer invocó Roncal: recogida en el artículo 95.2, prevé que «ante cualquier imposibilidad de emisión del voto en el sentido que el parlamentario o la parlamentaria manifieste», la presidencia deberá adoptar «las medidas oportunas» para que se recoja «el sentir» del afectado y, si es necesario, repetir la votación.
No obstante, Tejeria dio por válido ayer el voto de Roncal al considerar que ésta no manifestó la imposibilidad de votar en el sentido deseado mientras corría el tiempo. La parlamentaria tomó la palabra al término de la votación para advertir del error, pero la presidenta de la Cámara decidió continuar con el orden del día.
El texto que finalmente recibió el beneplácito parlamentario había sido presentado por el PNV como enmienda a una iniciativa original de UPyD, que reclamaba que los presos de ETA colaborasen con la Justicia para esclarecer los atentados mortales sin resolver. El texto impulsado por Gorka Maneiro decayó y la enmienda jeltzale, que exige adecuar la legislación penitenciaria al cese de la actividad terrorista de ETA, acercar a los reclusos de la banda a cárceles vascas y permitirles acceder a beneficios penitenciarios «ordinarios», registró sendos empates. Este hecho obligó, como establece el reglamento, a repetir la votación por tercera vez. Todo hacía presagiar que las tablas se repetirían y la enmienda decaería, pero el error de Roncal al pulsar el botón retrotrajo por unas horas al Parlamento a los años broncos.
Roncal se confesó «sorprendida» por la actitud de su compañera de Mesa y, al constatar que no dejó constancia de la «voluntad política» real del PSE ni ordenó repetir la votación «en las nueve horas» que duró el Pleno, insistió a última hora de la tarde en la exigencia de que figure el sentido real de su voto en el acta. La parlamentaria socialista, que exigió que se haga la corrección directamente en el diario de sesiones o se repita la votación en el próximo Pleno, recordó además que existen «precedentes recientes de repetición de votaciones».
Protestas y atasco
La semana pasada, sin ir más lejos, Tejeria autorizó que se votara hasta en tres ocasiones una enmienda del PNV sobre la condena del terrorismo de ETA, que una de las veces llegó a quedar rechazada. Pero accedió ante las protestas, entre otros, de la propia Roncal, que reconocieron no saber qué estaban votando. También demostró manga ancha al retrasar el inicio de la votación de la investidura de Urkullu, ante las dificultades de algunos parlamentarios, entre ellos Laura Mintegi, de llegar a tiempo por un monumental atasco a la salida de Bilbao.
EL CORREO 08/02/13