Jon Juaristi, ABC, 18/3/12
Algo huele a podrido en los programas informativos de TVE, y nada se arregla con taparse las narices
UNA niña con tirabuzones pregunta: «¿Pero cómo puede Israel violar con total impunidad todas las leyes humanas e internacionales?». A lo que un segundo personaje, identificado como judío por ciertos rasgos tópicos (kipá, rizos en las sienes, nariz ganchuda) responde: «Nuestro buen dinero nos cuesta». Es un ejemplo ya clásico de antisemitismo en el humor gráfico español: una viñeta del dibujante Carlos Romeu que publicó
el 30 de junio de 2009 y suscitó la protesta de la Federación de Comunidades Judías de España y de la Anti-defamation League, la centenaria organización que denuncia los casos de persecución o acoso mediático a las comunidades judías. A raíz del escándalo, y como no era la primera vez que Romeu atacaba a los judíos en su conjunto con el pretexto de criticar al Estado de Israel, el periódico en el que venía colaborando desde la Transición dejó de publicar sus viñetas, antes incluso de rescindir formalmente su relación laboral con el dibujante en 2011.
Éstos hechos, todavía recientes, son ampliamente conocidos y no habría razón para volver sobre los mismos (toda vez que reaccionó, aunque tardíamente, excluyendo a Romeu de su plantilla de colaboradores), si el humorista no hubiera vuelto a la carga, esta vez con la colaboración estelar de la primera cadena de Televisión Española. El pasado jueves, 15 de marzo, el Telediario de las nueve de la noche emitió un informe especial sobre el cincuentenario de Mafalda, el popular personaje de Joaquín Salvador Lavado (Quino), con intervenciones acerca de la personalidad y la obra de éste a cargo de Jaume Capdevila (Kap), humorista gráfico de
y del susodicho Romeu. La presencia de ambos fue subrayada con sendas ilustraciones de sus respectivas obras. En el caso de Romeu, el Telediario de la 1 escogió la viñeta que motivó su despido de cuya imagen permaneció en pantalla el tiempo suficiente para que los espectadores pudieran disfrutar del chiste.
La apelación al principio de independencia y objetividad informativa gracias a la cual los noticiarios de la televisión pública se las han apañado para mantener los niveles de tendenciosidad alcanzados durante las pasadas legislaturas socialistas —y sin variar su signo— parece ya una tomadura de pelo al actual Gobierno, al partido que sostiene al actual Gobierno y a sus millones de votantes, pero si el Gobierno ha decidido hacer la vista gorda al respecto y sus bases electorales no reclaman que modifique tal actitud, uno no es nadie para emprender batallas de antemano perdidas. Sin embargo, como ciudadano y como judío, y sin arrogarme representaciones que no ostento, creo que me asiste el derecho individual a exigir de la Dirección de TVE disculpas y resarcimiento por la emisión de basura antisemita, cuyo único objetivo es atizar el odio, no ya sólo al Estado de Israel, sino a la totalidad de los judíos y, en primer lugar, a los judíos españoles: una emisión de imágenes y mensajes verbales ofensivos y venenosos en un contexto desprovisto de valoración crítica y claramente enaltecedor de su contenido. En los países decentes, este tipo de incidentes en los medios de comunicación públicos no se saldan con excusas. Implican destituciones.
Jon Juaristi, ABC, 18/3/12