EL MUNDO – 22/12/15
· La Bolsa se hunde tras el 20-D con la banca y los sectores regulados al frente de las caídas.
· Incertidumbre política, una posible convocatoria de nuevas elecciones generales y, en consecuencia, la paralización de las fuertes inversiones previstas para 2016 en España.
Estos son los factores que, a tenor de las opiniones e informes que publicaron las principales entidades de inversión, marcaron la negativa sesión que ayer registraron los mercados financieros de España y cuyo detonante fueron unos resultados electorales que casi parecen hechos a medida con el único fin de inquietarlos. Para completar sus peores temores sólo faltó un mayor avance de Podemos, una influencia más directa de la formación de Pablo Iglesias sobre el próximo Ejecutivo.
«La imposibilidad de un Gobierno de centro-derecha aumenta la incertidumbre política, situación que no es positiva para los mercados», apuntaban a primera hora de la mañana desde Deutsche Bank, a lo que Barclays añadía que «no se puede descartar que se celebren nuevas elecciones al principio del próximo año». Por ello, Fidelity afirmaba que el actual contexto «es negativo para el mercado español pues los inversores podrían decidir permanecer al margen hasta que se clarifique la situación, y no se avanzará en el frente de las reformas hasta que se forme Gobierno».
La consecuencia directa en el mercado bursátil fue el hundimiento del 3,6% que sufrió el Ibex 35, lo que hizo retroceder al principal índice de la Bolsa de España hasta los 9.365 puntos y marcar mínimos del pasado mes de septiembre. Pero tal vez más indicativo aún que esta fuerte caída es el hecho de que los valores que más sufrieron fueron los del sector bancario y los que tienen una fuerte dependencia de la regulación estatal. Así, CaixaBank cedió casi un 7,5%, Banco Popular se despeñó un 6,9%, Bankia más de un 5% y Banco Santander, BBVA y Banco Sabadell estuvieron por encima del 4,5%. Una auténtica sangría, por lo tanto, en la que también fue importante el repunte que sufrió toda la deuda española –la prima de riesgo subió cerca de 10 puntos–. Aena, por su parte, también estuvo por encima del 7% de caída en otra muestra evidente del temor que los inversores tienen. Además, Endesa se dejó un 5,3% y Red Eléctrica y Enagás cayeron un 4%.
De vuelta a las manifestaciones de las grandes entidades de inversión, Royal Bank of Scotland (RBS) realizó un ejercicio en el que desgranaba los posibles pactos y formaciones de Gobierno. El principal escenario que contempla el equipo de Alberto Gallo es que el Partido Popular gobierne en minoría, con lo que la senda reformista se mantendría pero a un menor ritmo. Otra opción es la ya mencionada convocatoria de elecciones, mientras que lo que parece no contemplar es un Gobierno de gran coalición. En este sentido, Vincenzo Scarpetta, analista del think tank Open Europe, explicaba a Bloomberg que las conversaciones de coalición serán complicadas «dada la hostilidad existente entre las partes».
Pero aun así, lo que todos parecen descartar, al menos por el momento, es un Ejecutivo con PSOE y Podemos como grandes partidos y en el que se incluyan un gran número de fuerzas políticas. De llegar a ese punto, RBS confía en que la mayoría absoluta del PP en el Senado frenase aquellas propuestas que fuesen menos favorables para con el mercado.
FITCH Y MOODY’S
Las agencias de calificación crediticia también dejaron patente las negativas consecuencias del resultado electoral. La primera en hacerlo fue Fitch, que al cierre del mercado advirtió de los «riesgos» que este escenario tiene sobre la economía española. En concreto, la agencia habló de una posible «política presupuestaria más relajada y la reversión de reformas estructurales». Asimismo, indicó que «si el resultado [de las negociaciones] es un Gobierno débil o uno que se apoye en partidos radicales, puede producirse una relajación en el control del déficit».
Todo ello hace que Fitch, como también hizo después Moody’s, afirmara que el escenario dibujado por los comicios es «negativo» para la solvencia de España. En este sentido, la segunda agencia apuntó que «un fracaso en la formación del nuevo gobierno llevaría a nuevas elecciones y una prolongada fase de incertidumbre política».
EL MUNDO – 22/12/15