FLORENCIO DOMÍNGUEZ, EL CORREO – 13/01/15
· Todos los años por estas fechas los presos de ETA son protagonistas gracias a la manifestación de apoyo a los reclusos que convoca la izquierda abertzale, utilizando siglas de conveniencia. La manifestación sirve para elevar algo el alicaído ánimo de los presos que se pasan los once meses restantes enfadados con la izquierda abertzale a la que acusan de no hacer otra cosa por ellos que la marcha ritual de primeros de año.
En esta ocasión la manifestación ha estado precedida de un comunicado de los terroristas presos que refleja su inmovilismo absoluto en cuestiones fundamentales como la necesidad de hacer una autocrítica por su pasado o ajustar su comportamiento a lo establecido por las leyes si aspiran a disfrutar de los beneficios penitenciarios. En diciembre de 2013 hicieron una declaración en la que aparentaban reconocer la legalidad penitenciaria, pero eso no se ha visto confirmado por sus actuaciones. Para el colectivo oficial de los presos de ETA es la legalidad la que tiene que adaptarse a sus exigencias y no su comportamiento a la ley. Olvidan un detalle no menor: que son ellos los que están en la cárcel y los que tienen urgencia por mejorar su situación o, incluso, salir de prisión. No están en condiciones de poner deberes a los demás, sino de cumplir las exigencias legales establecidas.
Resulta muy significativo en ese comunicado el reconocimiento de que eran conscientes de que las peticiones de traslado a la cárcel de Zaballa no iban a tener éxito. Todo el año 2014, en lo que concierne a los presos, ha girado en torno a esas solicitudes de traslado sin futuro. No se pusieron en marcha hasta que dos dirigentes de los presos dieron luz verde para empezar a presentar los papeles; luego fueron presentando las solicitudes de forma escalonada a lo largo de varios meses de acuerdo con un calendario fijado por la superioridad que establecía cuándo podía presentar cada preso su petición de traslado. Fue un movimiento político organizado de forma colectiva que ha obtenido el resultado previsto: el rechazo de los traslados.
Al comunicado y a la manifestación se sumó ayer la detención de una docena de abogados a los que se acusa de ir más allá de lo que sería una actuación profesional como letrados para convertirse en instrumentos de ETA para transmitir directrices y asegurar el mantenimiento de la disciplina interna de los presos. La operación policial, al margen de la dimensión penal, que es lo que la justifica, tiene también sus consecuencias políticas en forma de debilitamiento de la cohesión del colectivo de presos. Las medidas que contribuyen a debilitar el colectivo son positivas porque hacen más fácil la actuación individual de los reclusos, que es justo lo que reclama la política penitenciaria.
FLORENCIO DOMÍNGUEZ, EL CORREO – 13/01/15