TONIA ETXARRI-EL CORREO

Malas noticias para Pedro Sánchez y Pablo Casado de parte del CIS. El polémico y tan criticado Centro de Prospección Sociológica que dirige el militante socialista José Félix Tezanos ha sacado tarjeta roja al bipartidismo en intención de voto para aupar a sus extremos. Los beneficiados de la pérdida de casi un punto para Sánchez y de dos para Casado son Podemos y Vox ¿Qué lectura es la prioritaria? ¿Que se agranda la distancia entre el PSOE y el PP o que los dos pierden en este carrera? Cada cual barre para casa. Pero la doble moraleja nos dice que las peleas domésticas espantan al electorado. Casado sigue sin tomar nota. Y que las maquinaciones del Gobierno de La Moncloa en torno a la reforma laboral han terminado por subir al podio del liderazgo entre la izquierda a Yolanda Díaz. Una circunstancia que ya se temía Sánchez.

Es cierto que la cocina de Tezanos vuelve a hundir al PP porque le frena la tendencia al ascenso que han ido marcando todos los demás sondeos privados desde el pasado mes de mayo. Y que sigue ubicando a Sánchez en La Moncloa, a pesar de su desgaste. Pero la conclusión de este estudio realizado mientras el PP aireaba su lucha fratricida entre su secretario general, Teodoro García Egea, y la presidenta de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, y mientras la vicepresidenta comunista del Gobierno planteaba pulsos constantes al presidente, es que los dos (Sánchez y Casado) pierden.

Ni la torpe batalla de Madrid en el seno del PP ni el intercambio de cargos con el PSOE y Podemos para renovar el Tribunal Constitucional ha convencido a más de la mitad de los votantes de centro derecha que, según el CIS, desconfían del liderazgo de Casado. Un regalo para Vox, que se consolida como tercera fuerza y subiendo porcentaje.

Pero tampoco en la extrema izquierda se aclara el panorama porque se produce entre Podemos, Yolanda Díaz y el partido de Sánchez, un fenómeno similar al de los vasos comunicantes. La única certeza es que el ‘efecto Yolanda’ puede arañar votos en el caladero del PSOE, se ignora si podría retraer a los votantes de Podemos y aún no se experimenta ningún imán en la bolsa de la abstención.

Todavía queda mucho tiempo para las elecciones generales. De momento, lo que pierde el PSOE lo gana su socio de extrema izquierda gracias al tirón de la vicepresidenta segunda que, sin estructura de partido, resulta la más valorada. Si lo único que se produce es un trasvase contenido de votos, el orden de factores no alteraría el producto del social-comunismo. Las tendencias son aún prematuras. Pero si finalmente hay elecciones en Andalucía en marzo, quizá se vaya despejando la incertidumbre. Es una cita con las urnas muy probable. El PP, desde Génova, lo está deseando. El PSOE, no tanto.