EL MUNDO – 03/11/15
· Homs, que será el candidato para el 20-D, pide a Mas que expulse a quienes filtran a la prensa.
La falta de acuerdo entre Junts pel Sí y la CUP sobre la investidura de Artur Mas está crispando a Convergència y su entorno. Tras las quejas de varios consellers en la reunión del Govern de la semana pasada, en la Ejecutiva de ayer en Convergència se reprodujeron las tensiones, aunque la dirección del partido intentó transmitir una imagen de cierre de filas.
Ilustres miembros de la dirección convergente no entienden por qué se ha pactado con la CUP un texto de máximos como el de la propuesta de resolución, que hace evidentes concesiones a la retórica antisistema, si no existía a cambio un compromiso para investir a Mas. Para evitar más trifulcas, el partido no sometió el texto de esa resolución –que da por iniciado el proceso de creación de «un Estado catalán independiente» y anuncia que no se reconoce al Tribunal Constitucional– a votación en la reunión de ayer.
Pese a todo, la portavoz de Convergència, Marta Pascal, afirmó tras el encuentro de ayer que no hay «fisuras» sobre la estrategia del partido, aunque sí admitió un «debate» intenso. Para atajar las críticas, la formación ha anunciado que perseguirá a quienes filtren información a los periodistas.
De hecho, el consejero de Presidencia de la Generalitat, Francesc Homs, pidió ayer que se «eche» del Govern a sus compañeros que hayan filtrado información sobre las divergencias internas.
Homs también fue protagonista ayer por otro motivo: confirmó que se ofrece a su partido para encabezar la lista para las elecciones generales del 20 de diciembre, a las que Convergència se presentará en solitario porque los resultados de Junts pel Sí desaconsejaron su reedición. Con toda seguridad, el controvertido conseller será finalmente el número uno de la candidatura convergente.
Su jefe de campaña será Jordi Cuminal, que hasta hace escasos meses era director general de Comunicación de la Generalitat bajo la batuta del propio Homs.
Pese a que no hubo ninguna votación en la reunión de ayer, la portavoz de Convergència dijo que hay «unanimidad» en la estrategia soberanista. «No hay espacios de duda, ni de fisuras. Estamos determinados a ser fieles al mandato del pueblo», aseguró. Según ella, el texto acordado con la CUP no se votó porque «nadie planteó esa necesidad».
La Ejecutiva de Convergència también cerró filas con Mas. Pese a que la CUP sigue manteniendo que no prestará sus votos para la investidura –ayer insistió en ello el candidato del 27-S, Antonio Baños–, Pascal aseguró que «hay margen y espacio para la negociación».
Sin embargo, la CUP sigue poniendo condiciones a Convergència. Anna Gabriel, diputada de esta formación, explicó recientemente que no sólo rechazan a Mas: extienden su veto a consellers como Felip Puig o Boi Ruiz, a los que relacionan con polémicas acciones policiales o con los recortes sociales.
Pero la portavoz de Convergència, en una nueva muestra de que el partido está dispuesto a hacer muchas concesiones para tratar que Mas sea de nuevo president, no quiso responder a estos vetos y se limitó a recordar que se han comprometido a que las negociaciones sean «discretas».
Convergència sigue manteniendo que, pese al malestar de varios dirigentes, «no hay marcha atrás» en su apuesta independentista.
DURAN EXIGE QUE LAS QUEJAS SEAN PÚBLICAS
Alzar la voz . El líder de Unió, Josep Antoni Duran Lleida, invitó ayer a los ‘consellers’ del Govern críticos con la CUP a que alcen su voz públicamente y no sólo se limiten a expresar internamente sus discrepancias.
Rechazo a la CUP . Duran sostuvo que «si uno cree que no va bien la CUP como compañero de viaje» del Govern para esta legislatura, «debe decirlo dentro y fuera del Ejecutivo», porque se trata de algo «relevantísimo».