Nuestros compromisos son más elevados que decirle la verdad precisamente a usted; nuestro compromiso es que la extrema derecha no gobierne, por muy mal que gobernemos nosotros
Carta a la ciudadanía:
No solía ser habitual que me dirigiera a usted a través de una carta hasta que creí conveniente hacerlo para desviar su atención, cambiar la conversación pública y recuperar el protagonismo político ante los problemas que me asedian. En fin, cosas de políticos profesionales sin escrúpulos, necesarias para luchar contra la fachosfera, cosas que usted no entendería porque bastantes problemas tiene. No era habitual pero la gravedad de los ataques que estamos recibiendo yo mismo, algunos de mis familiares más cercanos y algunos de mis más fieles colaboradores me hacen volver a pensar que esta es la mejor vía para expresar mi opinión, dado que en las comparecencias públicas ante los medios no admito preguntas incómodas, a las preguntas de la oposición en el Congreso de los Diputados no respondo y a los medios que me incomodan o me llevan la contraria no acudo salvo en periodo electoral y siempre que me interese. Le agradezco, por tanto, que vuelva a tomar un poco de su tiempo para leer estas otras líneas.
La cosa está caliente. Como ya sabrá, y si no lo sabe yo le informo, mi colaborador político más cercano durante años, al que hice hombre fuerte del partido y ministro, el que me ayudó a ganar las primarias a la secretaría general del PSOE y la moción de censura que me llevó a la Presidencia del Gobierno de España, el que más tarde aparté de sus responsabilidades por razones inconfesables pero mantuve como diputado en el Congreso de los Diputados, va a ser investigado de forma inminente por el Tribunal Supremo; por si no le suena, es el Ábalos que tenía una amante llamada Jésica, esa que cobraba seis mil euros mensuales y disponía de un piso de lujo. Es el Ábalos al que autoricé a reunirse con la delincuente Delcy Rodríguez, mano derecha de un tal Maduro, amigo de Zapatero, que tenía prohibido pisar suelo europeo pero que detuvo su avión precisamente en Barajas para realizar una parada técnica en su visita privada a no se sabe dónde. Sí, a Ábalos le autoricé a reunirse con Delcy, pero para evitar que pisara suelo español y, de paso, la ayudara a bajar unas maletas muy pesadas que llegaban llenas de cosas que a usted no le importan. No me negará que fue una caballerosa forma de resolver un conflicto diplomático.
Además, el comisionista Víctor de Aldama, el que se reunió en varios ocasiones con mi mujer Begoña, a quien sigo amando, el que logró que dedicáramos 435 millones de euros a rescatar en plena pandemia a Globalia, el intermediario entre Ábalos y los empresarios amigos, ya duerme en el trullo, pero es solo por el escándalo de los hidrocarburos gracias al cual dicen que Ábalos disfrutó de un chalet pero solo durante un tiempo. A mí que me registren. Un exsocio de Aldama dice ahora que llevó bolsas de dinero a nuestra sede como agradecimiento a la concesión que les otorgamos, pero prometo no haberlas visto nunca y mucho menos haber dispuesto del dinero. Porque, en general, hemos sido generosos, sobre todo con los nuestros, hasta el punto de contratar con una empresa fantasma sin experiencia para traernos cientos de miles de mascarillas durante la pandemia, lo que medios sin escrúpulos denominaron inicialmente «caso Koldo», ese ejemplo para la militancia. Además, mi mujer está siendo investigada por corrupción en los negocios y tráfico de influencias, razón por la cual, a pesar de no ser licenciada, le han retirado los dos másteres que codirigía en la Complutense, en una decisión que no comprendo y por la cual me llevan los demonios. No hay derecho.
Es posible que todo lo que debe saber no se encuentre en el informe de la Guardia Civil, y que queden cosas por salir, así que igual es mejor que espere. Y es que la máquina del fango es muy poderosa y no descarto nuevas imputaciones
Para completar la información, porque yo ya me pierdo, puede leerse el informe de 233 páginas que la Guardia Civil ha remitido a la Audiencia Nacional, ese cúmulo de falsedades que tienen pinta de ser todas ciertas y que afectan directa o indirectamente a Francina Armengol, presidenta del Congreso de los Diputados y tercera autoridad del Estado, a Nadia Calviño, presidenta del Banco Europeo de Inversiones, a Salvador Illa, presidente de Cataluña, a Teresa Ribera, inminente vicepresidenta de la Comisión Europea, a Reyes Maroto, portavoz del PSOE en el Ayuntamiento de Madrid, o a los ministros Ángel Víctor Torres y Grande-Marlaska. Y a mí qué me cuentan. No obstante, es posible que todo lo que debe saber no se encuentre en el informe de la Guardia Civil, y que queden cosas por salir, así que igual es mejor que espere. Y es que la máquina del fango es muy poderosa y no descarto nuevas imputaciones.
Debe confiar en mí y recordar todo lo que he perpetrado durante estos años: yo prometí recuperar el delito de convocatoria ilegal de referéndum y no solo no lo recuperé sino que suprimí el delito de sedición para favorecer a los independentistas; yo abaraté el delito de malversación a pesar de que llegué para luchar contra la corrupción política; yo concedí el indulto a los responsables del procés para desjudicializar la política, pacificar Cataluña y alcanzar la Moncloa; y yo amnistié a quienes dije que nunca amnistiaría para pacificar nuevamente Cataluña al comprobar que no estaba tan pacificada como parecía, y para seguir en la Moncloa, objetivo último y motivo de mis desvelos.
Facilitamos voluntariamente la excarcelación anticipada, aunque a escondidas, de decenas de presos etarras, y todo ello sin haberse arrepentido, sin haber pedido perdón y sin haber colaborado con la Justicia
A pesar de que prometí traer a Puigdemont y ponerlo a disposición de la Justicia, no solamente no hizo falta traerlo sino que vino él solo y participó en un mitin, y en lugar de detenerlo, dejamos nuevamente que se escapara delante de nuestras narices. Hace un tiempo, y debe recordarlo, promulgamos una ley que provocó la excarcelación o la rebaja de las condenas de centenares de delincuentes sexuales, y, a pesar de que nos negamos durante meses a cambiarla, al final tuvimos que hacerlo, en una muestra extraordinaria de agilidad parlamentaria y flexibilidad política. Pero no solo promovimos involuntariamente la excarcelación de delincuentes sexuales por simple torpeza y sectarismo sino que facilitamos voluntariamente la excarcelación anticipada, aunque a escondidas, de decenas de presos etarras, y todo ello sin haberse arrepentido, sin haber pedido perdón y sin haber colaborado con la Justicia. Y no solo hemos blanqueado a los líderes del procés y al independentismo como ideología sino a los herederos de ETA, cuyos crímenes debemos olvidar cuanto antes, más que nada porque sus herederos son socios preferentes, indispensables para parar a la extrema derecha.
Gobernar sin presupuestos
Además, concedimos un concierto económico a Cataluña para que aporte menos al Estado de lo que le corresponde, porque el principio socialista según el cual los que más tienen deben aportar más que los que tienen menos es una verdad relativa y subordinada a que yo pueda seguir siendo presidente del Gobierno de España; y son sacrificios que uno debe hacer para que todo fluya y podamos seguir resolviendo los principales problemas que a usted le afectan. Anteayer mismo, sin ir más lejos, participamos en una manifestación contra las políticas de vivienda que se han aplicado durante los últimos años, dado que nuestra ley de vivienda que acabamos de aprobar seis años después de llegar a la Moncloa y que debe aplicarse en todo el país no puede ejecutarse porque la competencia es autonómica, razón por la cual nuestro eficaz Ministerio de Vivienda tiene tantas competencias. Además, soy tan hábil, que he sido capaz de gobernar o al menos estar en el Gobierno, sin presupuestos, a pesar de que en su momento dije que hacerlo era una vergüenza.
Luchar contra los bulos, las mentiras y las fake news
Así que hágase cargo de la situación y crea en los subordinados que leen a diario el argumentario que mis servicios elaboran cada mañana. Y en particular aquello que le diga la portavoz de nuestro Gobierno, Pilar Alegría, a pesar de que un día diga una cosa y otro día diga la contraria, o aunque mienta más que habla. Porque debe comprender que nuestros compromisos son más elevados que decirle la verdad precisamente a usted; nuestro compromiso es que la extrema derecha no gobierne, por muy mal que gobernemos nosotros. Y si para luchar contra los bulos, las mentiras y las fake news hay que recurrir a las medias verdades y a las burdas mentiras, debe hacerse, aunque soy capaz de admitir que usted nos recomiende que no lo hagamos tan burdamente. Y si vinimos a acabar con la corrupción, es comprensible que usted acepte que ciertas corruptelas puedan ser necesarias. Yo he hecho lo que he podido: además de todo lo anterior, he politizado la Justicia, colonizado todas las instituciones que prometí regenerar y presionado a los medios dispuestos a contar la verdad para que no lo hagan, como si la verdad no fuera la verdad oficial que cuenta el Gobierno de España.
Así que a lo que iba. Que no dimito. Es la única verdad que he mantenido siempre. De momento.