JUAN CARLOS GIRAUTA-ABC
- Tezanos es uno en su especie, no se parece a nadie, ni siquiera a los sanchistas más radicales
No puedo mirar lo del CIS porque me entra la risa tonta. Me sigue asombrando que los medios se lo hurten a la sección de humor. En el quinquenio infame ha habido sanchistas de todo pelaje: interesados o solo memos, de izquierdas y de derechas, cultivados y ágrafos, pero Tezanos es uno en su especie, no se parece a nadie, ni siquiera a los sanchistas más radicales: su entrega es absoluta e incondicional, y le importa un huevo quedarse sin prestigio. Poco tenía, ya lo sé, pero tampoco era Lastra. Hay un mérito oscuro en el prestidigitador estadístico.
Cabía esperar que acompañara a Sánchez hasta el borde del abismo, pero para quedarse clavado, esperando educadamente a que su amo diera el primer paso para luego largarse de ahí silbando. El despeñado creería que caía acompañado. Pues no. Siervo admirable, Tezanos se lanza el primero, se ofrece en sacrificio. Como en cualquier autocracia, hay un número de adeptos más sanchistas que Sánchez. Qué sé yo, periodistas del régimen, o aquel delegado que dio con la forma de ser el más abyecto ensalzando a esos socios que conservan la marca de la capucha: ¡Han salvado muchas vidas! O sea, Tezanos no es el único ejemplo de heroísmo inverso. Pero ninguno de los peones sacrificados ha llegado tan lejos como él en insistencia ni en consistencia. Stalin tuvo gente así. Y Hitler, y Ceaucescu, y Pol Pot. También están los kamikazes japoneses. Pero no hallaremos ejemplos en un régimen de opinión pública, algo que Sánchez no ha logrado liquidar, y no será porque no lo haya intentado.
Cuentan que en su último truco estadístico (ya digo que no leo sus deposiciones) Tezanos ha colocado por primera vez al PP por encima del PSOE. Creerá el inadvertido que eso es flojear. Se equivoca. La diferencia, en su última patraña, es de un par de décimas, y manteniendo la posibilidad que los socialistas saquen más escaños. Pretende administrar expectativas, lo que cualquier asesor con el colmillo retorcido aconsejaría en un escenario de desmovilización de los propios. Pero sin firmarlo él. Se trataría de que el izquierdista que va a abstenerse, harto de tragar ruedas de molino, se acueste inquieto: estando tan cerca, unos pocos votos pueden ser decisivos. Cae sobre él una grave responsabilidad: siendo así no me puedo abstener. La trola, por supuesto, ni de lejos acercará a PSOE, con ciento algo, y PP, en torno a ciento cincuenta. Pero Sánchez, de gira, se cuela en cualquier programa de entretenimiento, se hace la víctima, denuncia que los medios se han conjurado contra él, que hay una conspiración. Así, igual Tezanos rebaña cuatro o cinco votos. Es una misión imposible cuando todas las encuestas privadas, sin excepción —incluso las manipuladas—, anuncian distancias enormes entre los dos grandes. Que una cosa es manipular y otra hacer el ridículo. Y es en ese terreno, precisamente, donde brilla Tezanos, un ser sin parangón.