SANTIAGO GONZALEZ , 10/02/13
Hoy El País dedica una página entera a las cosas de la paz y la memoria siguiendo la escondida senda abierta por el diario ‘Gara’ y de la que dimos cuenta aquí. Es una lástima que ni siquiera en su edición País Vasco le haya cabido una fotonoticia sobre el acto de Ayer en Andoain, con motivo del X aniversario del asesinato de Joxeba Pagaza.
Rentería, símbolo ahora de la paz, titula el cuerpo, qué digo cuerpo, el cuerpazo principal de la información mi viejo amigo LRA, que acompaña con un despiece, ‘Las peores marcas de impiedad’, cuyo texto pueden encontrar al final de este último link. A la impiedad le acompaña la desmemoria y el olvido de algunos nombres: el ertzaina que resultó desfigurado por un cóctel molotov se llama Jon Ruiz Sagarna. A veces nombres y datos: “ETA batió una marca de impiedad al regresar para rematar a dos guardias civiles cuando comprobó que, tras el atentado, no fallecieron”. Los hechos ocurrieron el 14 de septiembre de 1982, las víctimas no eran guardias civiles, sino policías nacionales y las víctimas mortales fueron cuatro: Antonio Cedillo, Alfonso López, Antonio Ordóñez y Juan Seronero. El primero de ellos salió herido, disparando contra los asaltantes, consiguió caminar medio kilómetro hacia el pueblo y fue recogido por una furgoneta, pero ésta fue interceptada por los asesinos, que remataron a Cedillo con un tiro en la nuca. Al día siguiente, el policía Julián Carmona, amigo de las cuatro víctimas, se suicidó.
El ‘obrero’ que cita, fue el pintor Carlos Patiño, que iba en compañía de Esteban Fariña y Francisco Rosco en un 127. Un comando disparó contra el coche y mató a Patiño.
Ahora fíjense en la foto. A la derecha, el alcalde de Rentería, el bildutarra Julen Mendoza, que ayer, en estas fantásticas jornadas, dijo: “A aquellas (víctimas) a las que durante tiempo las he considerado como los otros les traslado un profundo lo siento de todo corazón por el sufrimiento padecido”. Miren al segundo por la izquierda, identificado com o el ex-etarra Joxean Agirre. Fue condenado a 85 años de cárcel por los asesinatos de Angel Facal, Máximo García Kleiner, y Joseph Couchot. Salió de prisión tras cumplir 18 años de la pena y con el título de sociólogo. En ningún momento ha pedido a ETA que se disuelva, ha condenado ningún asesinato, ni ha colaborado en el esclarecimiento de ninguno. Vean en este artículo de su alma y de su pluma, la actitud de arrepentimiento que tan contentos tiene a unos y otros.
Es una pena, ya digo, que LRA no fuera a cubrir el acto de Andoain y hubiera tomado nota del verdadero estado de la cuestión expuesto ayer con elocuencia apabullante por Fernando Savater, al denunciar las peticiones del Parlamento y el Gobierno vascos: “que vengan los asesinos y que se vayan los policías”.
En su crónica del acto de Andoain, el doctor Asclepio apostilló: “Crimen perfecto, porque ni siquiera le llaman crimen. Le llaman “Paz”.”
SANTIAGO GONZALEZ , 10/02/13