ABC 04/01/14
· El rotativo estadounidense publica un duro reportaje en el que denuncia el sesgo soberanista de TV3
Sesgo ideológico y, sobre todo, separatismo. «Si es usted un matón, una prostituta o un delincuente en un programa de la televisión en catalán TV3, lo más probable es que hable en español. Y si es un espectador, lo más probable es que se haya dado cuenta de que la cadena se ha inclinado de manera decisiva a favor de la independencia de Cataluña».
Con estas palabras arranca un artículo publicado ayer en las páginas de «The Wall Street Journal» que airea la postura abiertamente soberanista de la televisión pública catalana y recoge opiniones de empleados que consideran «excesivo» el sesgo informativo de la emisora, a la que se presenta como «una voz política más». «A veces, TV3 es peor que la televisión soviética. Veo Cubavisión y no es peor que TV3», sostiene en el texto el primer director de la emisora, Alfons Quintà.
El reportaje, titulado «¿Qué hay en la televisión catalana? Separatistas» y firmado en Sant Joan Despí (Barcelona), donde tiene su sede Televisión de Cataluña, explica cómo la cadena catalana ejerce de «contrapunto» de la línea editorial de las televisiones de ámbito nacional. «Estos canales ignoran en gran medida el movimiento de independencia y ponen el acento en la visión del Gobierno central en Madrid, que tacha el referéndum previsto de ilegal», puede leerse en el texto.
Realidad social
Asimismo, el artículo apunta que la postura oficial de TV3 es que su programación se limita a reflejar la realidad social y el creciente sentimiento independentista en Cataluña, aunque acaba concluyendo que el canal ejemplifica «cómo los gobiernos regionales de uno de los países más descentralizados de Europa promueven sus puntos de vista e identidades regionales». «La emisora, que costará a los contribuyentes catalanes 225 millones de euros, es parte de lo que el gobierno regional denomina construcción nacional», explica el diario estadounidense propiedad del magnate Rupert Murdoch y con una tirada de más de dos millones de ejemplares.
Además de recoger opiniones en la que los trabajadores de la televisión catalana lo mismo abonan las tesis soberanistas —«tal como lo vemos, somos una nación sin estado», declara una empleada— que reconocen que el desequilibrio informativo empieza a ser notable, el reportaje asegura que TV3 fue «ampliamente criticada» por su cobertura de la Vía Catalana del 11 de septiembre y la emisión de «entrevistas con niños de hasta 11 años profiriendo consignas separatistas».
El texto, es cierto, obvia que el polémico reportaje emitido en el programa infantil Info-K y en el que podía verse a menores asegurando que «al final España se rendirá» o «en 1714 dejamos de ser independientes» recibió el visto bueno del Consejo Audiovisual de Cataluña, razón por la que tampoco tiene que recordar que si lo hizo fue precisamente porque el voto de calidad de su presidente, Roger Lopacher, escogido por CiU, inclinó la balanza y rompió el empate entre los seis consejeros.
Otro de los ejemplos que cita el artículo es la emisión del documental «Hola, Europa», en el que «31 personalidades catalanas expresaban su apoyo a la independencia». «El programa fue anunciado como un documental, pero no hubo ni una crítica a las posturas proindependentistas», apunta el texto. «Lo honesto, por parte de TV3, sería emitir ahora un documental con gente que expresara puntos de vista contrarios a la independencia», declara en el reportaje Ramon Espany, presentado como un representante sindical.
En cuanto a la lengua, el reportaje asegura que «rara vez» se escucha el español en TV3, subraya que «las películas en castellano se doblan al catalán» y recuerda a través de Josep María Guardia, un «popular bloguero», que «el único que hablaba español en la primera telenovela de la cadena, producida hace más de 20 años, era un sirviente con poca educación».