Tiembla, Calviño

JUAN CARLOS GIRAUTA-ABC

  • Cuando llegue el momento, la propia Comisión puede tener problemas por no haberse ajustado a un control basado en hitos y objetivos

Esta tarde a las siete se verán las caras Monika Hohlmeier y Nadia Calviño, que no ha medido bien lo que se le viene encima. La reunión seguirá a la entrevista que la misión de CONT (Comisión de Control Presupuestario en la jerga bruselense) mantendrá con los responsables de Economía de cinco comunidades autónomas: Castilla-La Mancha, Madrid, Aragón, Andalucía y Extremadura. Hohlmeier tendrá pues ocasión de comprobar si la manida excusa de la vicepresidenta (eso lo llevan las comunidades) tiene alguna base o es la enésima operación de despiste del Gobierno menos transparente de nuestra historia democrática.

En un intento desesperado, torpe y fallido, los socialistas españoles de la Eurocámara trataron de suspender la misión ‘in extremis’. La razón aducida es tan vergonzosa que ellos no la contarán, pero es bueno que se sepa: rechazaban a uno de los cinco periodistas españoles destacados. Lo de vetar periodistas puede llegar a parecer normal en España, pero, por suerte, en el entorno europeo no acaban de verlo así. ¡Hay tantas cosas que no les parecerán normales en estos tres días apasionantes que comienzan!

Viniendo Calviño de la dirección general de Presupuestos de la Comisión Europea, es raro que confíe en tonterías como esta a la hora de no dar explicaciones: «tenemos un cuello de botella y por eso no hay datos disponibles». Cuando los cinco miembros titulares de la misión oigan «cuello de botella» esbozarán una sonrisa, quizá con la lógica excepción de la socialista María Isabel García Muñoz. Puede que la experiencia de Calviño en la Comisión coincidiera con una Eurocámara menos meticulosa. Aunque yo apuesto por las distorsiones propias del pensamiento grupal; en la Comisión Europea creen que al Parlamento se lo maneja sin dificultad. Pero cuando llegue el momento, la propia Comisión puede tener problemas por no haberse ajustado a un control basado en hitos y objetivos (‘milestones and targets’) antes de seguir enviando fondos. ¿Les suena el caso Santer? Podría repetirse.

Esta movida afecta al primer tramo (9.000 millones), pero yerra quien confunda la misión de Hohlmeier con una suerte de comisión de investigación española. El dosier sobre España (de uso interno) con el que llegan propiciará preguntas muy específicas que no dejan bien ni a nuestro país ni a la Comisión Europea. Mientras, aquí se engañan los analistas con el lenguaje de la CE y su señalamiento de ‘gaps’ que parecen veniales. Resumiendo, la misión viene a comprobar algo más profundo que los cumplimientos o incumplimientos de España: se trata de averiguar si la Comisión Europea ha seguido desembolsando tramos de financiación a pesar de no ajustarse España al sistema obligatorio de hitos y objetivos. Por fin, la negativa a reunirse con la misión de control por parte de la máxima responsable del uso de aquellos nueve mil millones, Rocío Frutos Ibor, tendrá consecuencias.