JORGE M. REVERTE – EL PAIS – 24/06/16
· ¿Se imaginan a Monedero como ministro de Interior diciéndole a la gente que se disuelva pacíficamente y en buen orden?.
Con esta frase tan sencilla se mondaba de risa don Manuel de la Llave, procurador de los tribunales y yerno de Leopoldo Alas, también conocido comoClarín.
Yo he heredado la frase a través de una nieta suya, y me viene muy bien porque no puedo hacer nada para evitar una risa imposible de controlar. Y me he vuelto tan intolerante como para considerar que alguien no vale la pena si no le pasa lo mismo al escucharla. Me parece que es una síntesis muy difícil de superar de lo que es el surrealismo español. Miguel Mihura habría pagado alguna cantidad desmesurada por firmarla.
Ahora en la política española se hacen la competencia por encontrar la frase que haga que la gente pierda el control, y que el adversario se sienta desarmado ante semejante prueba de superioridad intelectual.
Por ejemplo, los dirigentes de Podemos dicen con aparente seriedad eso de que “nosotros, que somos socialdemócratas…” para contar cualquier discurso. En la misma dirección, Mariano Rajoy y sus directivos de campaña han encontrado el latiguillo de que son moderados, incluido el ministro del Interior en todas las funciones, Jorge Fernández. Hay más latiguillos de otros diferentes partidos, pero creo que esos dos son los mejores.
Pero la palma se la lleva Juan Carlos Monedero, que para conseguir que nos olvidemos de las sospechas venezolanas ha evocado una imagen abrasadora: la visión de centenares de fiscales y jueces armados de cachiporras como Roberto Alcázar y Pedrín para detener a todos los corruptos y desleales que pueblan nuestro sistema político. Los dirigentes de Podemos se han apresurado a explicarnos que es que estaba en el calor de un mitin.
Pues peor me lo ponen, señores míos. Porque es muy peligroso dejar a alguien tan exagerado que se caliente en público. ¿Se imaginan a Monedero como ministro de Interior diciéndole a la gente que se disuelva pacíficamente y en buen orden? En España tardamos mucho en entender la separación de poderes. Pero al final, la han entendido hasta los jueces y los fiscales. No sé por qué Monedero no lo ha hecho.
Hay muchos otros ejemplos que nos hacen temblar si Podemos llegara a tomar los cielos, aunque podemos pararnos ahí.
Tengo una propuesta que hacer a la sociedad civil, o al pueblo, o a la gente, y es muy simple: cada vez que alguien diga que es socialdemócrata antes de soltar una salvajada, se le puede decir:
—Don León, tiene usted nombre de tigre. Y las cosas empezarán a estar en su sitio.