Si Pedro Sánchez tuviese que responder al cuestionario Proust, tendría pocas dudas al serle formulada la primera pregunta: “¿Cuál es el principal rasgo de su carácter?” Nuestro Narciso respondería sin vacilar: “la belleza”. Al llegar a la vigésimoquinta: “Dígame un. hecho de armas que admire” diría que: “la deserción”. Comprenderán que la respuesta se refiere más a una actitud que a un hecho concreto, pero es que él siempre ha sido un hombre de valores.
Eso explicaría la muy lamentable respuesta de España a la petición de ayuda bélica de Ucrania para hacer frente a la agresión rusa. Hemos sido uno de los países más rácanos en el apoyo armamentista a Kiev, con 56 millones de euros, el 0,3% de losn 15.000 millones que aporta EEUU, el 3,77% del Reino Unido, el 6% de la ayuda canadiense. Con decir que la ayuda militar de Grecia, 161 millones, casi triplica a la española está casi todo dicho.
Ucrania no se mostró satisfecha con el envío de armamento por parte de España. El embajador ucraniano en. Madrid lo dejó bastante claro en su queja de la última semana de agosto: «No puedo decir que estemos satisfechos, ni que estemos recibiendo todo lo que España podría suministrar». El Gobierno de Volodymyr Zelenski quería armamento pesado y el Ejecutivo de Pedro Sánchez solo envió armas ligeras y hasta 347 millones en concepto de cascos, ambulancias, uniformes, combustible y prendas de abrigo, pero de armamento pesado nada digno de tal nombre. Nuestro socialismo abomina del concepto. Mi querido Carlos Herrera ponderaba recientemente las maneras de Rodríguez Zapatero frente a las de Sánchez Pérez-Castejón sin que se entienda bien por qué. Casi todo lo inventó él, también el repelús a las armas. Zapatero inauguró el programa de TVE ‘Tengo una pregunta para usted’ en el que un joven le preguntó por la venta de armas a Israel: “¿Cuantos civiles palestinos cree usted que se pueden matar con las armas que vendemos a Israel?” El presidente sonrió seráficamente y respondió: “Estoy convencido de que los componentes, el armamento que vendemos a Israel , no se han utilizado para eso”.
Tampoco parece muy probable que las armas españolas vayan a ser utilizadas por el ejército ucraniano ‘para eso’. Los carros Leopard que se les enviaron eran pura chatarra, basurilla. Al decir de nuestra ministra de Defensa presentaban un estado lamentable. No les enviamos armas dignas de tal nombre, pero además, el Gobierno financia a Putin, al tiempo que lo acusa de su responsabilidad en el conflicto. “La guerra de Putin” dicen como mantra Sánchez y los suyos. Después de su catastrófica mediación entre Argelia y Marruecos, duplicó la compra de gas a Rusia en el mes de agosto: 4.505 gigavatios hora, frente a los 2.228 GWh de agosto de 2021.
Todo este carajal se ha gestionado con la mentira y la opacidad que es el sello de la casa. España es uno de los seis países más opacos, lo que el Gobierno atribuye a la necesidad de prudencia y seguridad. Para que se hagan una idea las mismas razones que le llevaron a declarar secretos de Estado la naturaleza del trabajo de su mujer, sus haberes salariales, sus vuelos en el Falcon y los usuarios del avión presidencial, así como la identidad de los invitados a sus residencias de verano. Todo a juego.