Miquel Giménez-Vozpópuli

Existen colectivos preocupados por el triunfo del PP y ya no digamos de Vox. No hay día en el que no veamos, oigamos o leamos gritos de advertencia, socorro y angustia acerca del tremendo debacle que supondría un triunfo de la caverna que intenta hacernos retroceder en el túnel del tiempo. Lo dicen Sánchez, sus ministros, ministras y ministres, lo dicen artistas que sufren, damas y caballeros, y ante el sufrimiento no cabe más que la compasión. Quien esto firma también ve como se cierne amenazante cual tormenta negrísima e implacable ese recorte derechoso – ¿me atreveré a decir facha? – de tantos derechos que han costado sangre, sudor y lágrimas. Y como sea que nadie me ha pedido que firme ningún manifiesto señalando tamaña barbaridad, voy a echar mi cuarto a espadas señalando lo que, a mi juicio, se llevaría por delante un gobierno de derechas. Pero de derechas de verdad, a ver si nos entendemos.

Existen colectivos preocupados por el triunfo del PP y ya no digamos de Vox. No hay día en el que no veamos, oigamos o leamos gritos de advertencia

Subvenciones a partidos, sindicatos y organizaciones patronales. El que quiera gambas, que se las pague. Y si no tienes afiliados, que es lo que le sucede a estas agencias de colocación de amiguetes, que se acostumbren al chopped con aceitunas, que también es muy sabroso. Subvenciones a mal llamadas películas, obras de teatro, performances y demás formas de tomarle el pelo a la gente. El mismo criterio. Las pajas mentales que cada quídam se las subvencione de su bolsillo y si resulta que tu film acerca de los problemas eróticos que una cama plegable tiene en su relación poliamorosa con un galán de noche, un armario de tres cuerpos y un bidé no atraen al público apáñese usted con sus traumas, pollo o polle. Aquí no empleo el femenino por razones de pudor.

Cierre de chiringuitos que hagan del wokismo y demás herrumbres del pensamiento su bandera, tenga uno, dos o cien colores. España es un país donde todos los derechos son respetados merced a esa Constitución que tantos denigran y muchos desconocen. El que quiera defender sus derechos que monte su organización, busque patrocinadores y a volar, que hay cielo para todo el mundo. Supresión de las autonomías, con el consiguiente ahorro. Si se creó esta jaimitada fue porque había que contentar a nacionalistas catalanes y vascos y las demás regiones se apuntaron al carro. A ver a quien no le gusta disponer de un mini estado para hacer lo que te salga del bratwurst. Pero ni han servido para acercar la administración al ciudadano, ni para hacerla más eficaz ni han solucionado eso que algunos estreñidos denominan el problema territorial. Una sola administración, una sola tarjeta sanitaria, una sola política social, una sola policía y vayan ustedes sumando.

España es un país donde todos los derechos son respetados merced a esa Constitución que tantos denigran y muchos desconocen

Podría seguir, pero un gobierno de derechas, en fin, digamos un gobierno con sentido común, que la izquierda francesa bien podría firmar muchos de estos recortes, debería acabar con los derechos de los come gambas, los liberados profesionales, los maestros de la subvención, los amos de los chiringuitos, los caciques locales y demás harka que viven de miedo sin hacer el huevo gracias a que sus “derechos” son intocables. Todos esos que se ponen cual panteras en un bufet vegano a la que oyen que se les va a cerra el grifo.

Ahora díganme ustedes si está de Dios obligar a un come gambas, un liberado político, un director de peliculillas o similares a que trabajen, se ganen el sueldo y se paguen sus aficiones sin tener que meternos la mano en el bolsillo a los demás. ¡Pedro, por Dios, líbranos de Rajoy, ay, no, perdón líbranos de Feijoó y de Abascal! Y, ya de paso, subvencióneme, que voy a montar una ONG que se llamará “Calvos solidarios”. Cosas más raras se ven.