EL CORREO 28/03/13
· Lokarri emplaza a la banda a «avanzar hacia el decomiso» de las armas para «eliminar la amenaza velada de una vuelta a la violencia».
Todos los partidos vascos, salvo Sortu, cerraron ayer filas con el desarme y la disolución de ETA, un día después del comunicado en el que la banda se atrinchera en su exigencia de negociar la entrega de las armas con el Gobierno de Rajoy. La mayoría de las fuerzas políticas denunciaron el intento de «amedrentar a la sociedad» de la organización terrorista por advertir de las «consecuencias negativas» que puede entrañar la expulsión de su cúpula de Oslo. La presidenta del Parlamento vasco, Bakartxo Tejería, exigió a los terroristas que dejen de «asustar» a la ciudadanía y recorran de forma «unilateral» el camino abierto con el «cese definitivo» de la violencia hasta culminar en su «desaparición».
La declaración realizada por ETA en vísperas del Aberri Eguna señala que el cierre de la capital noruega como «espacio» para una eventual negociación con el Gobierno español provocará un «retraso en la resolución del conflicto». La banda además cuestiona de plano al grupo de verificadores que lidera Ram Manikkalingam. En el mismo comunicado, asegura que «el desarme no ha estado ni está» en las conversaciones mantenidas con este equipo de profesionales que supervisa el final de la banda y que cuenta con el respaldo expreso de Lokarri.
La red ciudadana que gestiona Paul Ríos fue ayer especialmente crítica con las advertencias que desliza ETA. En su texto, la banda considera un «paso atrás» que puede traer «consecuencias negativas» la decisión de «deshacer el espacio de diálogo y negociación» de Oslo, tras el reiterado rechazo del Gobierno del PP a abrir conversaciones con los terroristas. «Estas frases pronunciadas por una organización que hasta hace pocos años usaba la violencia y que, además, posee armas, son entendidas por amplios sectores sociales como una amenaza velada de posible vuelta a la violencia», explicó ayer Lokarri. La plataforma ciudadana emplazó a ETA a «avanzar hacia el decomiso para eliminar esta sensación de amenaza latente».
La mayor parte del arco parlamentario hizo causa común con la necesidad de que la banda culmine el cese decretado hace año y medio con su desarme y disolución definitiva. El presidente del PNV, Andoni Ortuzar, insistió en que la organización armada «no tiene nada que negociar políticamente con el Gobierno español» porque a «quien le debe la paz es al pueblo vasco».
Para los socialistas, la declaración de ETA evidencia su «soledad más absoluta». La portavoz del PSE, Idoia Mendia, calificó el mensaje de la banda de «desolador, decepcionante y frustrante». «Que nos dejen de marear con comunicados que no conducen a nada», indicó Mendia, que exigió a la organización terrorista que «se haga un favor a sí misma y se disuelva».
«Diálogo» frente a «bloqueo»
El secretario general del PP, Iñaki Oyarzábal, consideró que ETA «intenta esconder su debilidad con un tono amenazante». En su opinión, el comunicado revela que el Ejecutivo de Rajoy «ni cede ni negocia con terroristas». En esta línea, la portavoz de los populares, Arantza Quiroga, subrayó que el Gobierno de su partido «mantiene su política antiterrorista de no negociación».
El parlamentario de UPyD Gorka Maneiro interpretó el comunicado como la confirmación de que «ETA continúa amenazando a la sociedad», pese a su cese definitivo. Por el contrario, el portavoz de Sortu, Pernando Barrena, destacó que la banda «ratifica» en su declaración su «voluntad de diálogo» frente al «bloqueo» impuesto por el Ejecutivo del PP, al que censuró por «aspirar a arruinar la oportunidad para la resolución del conflicto y la paz».
EL CORREO 28/03/13