Hoy toca hacer un poco de historia de la transición porque dos tontos de podio se empeñan en desconocer los hechos. El primero es José Luis Rodríguez Zapatero, que está que lo tira: Hizo una broma sobre que los guionistas de Netflix están preparando una serie sobre los almuerzos de Núñez Feijóo. Pero como este hombre tiene la gracia en el mismo lugar por donde amargan los pepinos, será mejor que nos centremos en el cogollo del meollo, que vayamos al fondo del discurso: “No les importa dañar la democracia (se entiende que a los del PP). Nosotros sufrimos mucho porque nos costó mucho luchar por la democracia… A otros les costó muy poco”.
Vamos a ver si le ayudamos a hacer las cuentas a este membrillo: Él pidió el ingreso en el PSOE en 1979, meses después de que el pueblo español votara la Constitución. Tenía 18 años. El partido al que se afilió había sido legalizado el 10 de febrero de 1977, cuando él tenía 16. Veamos cómo le costó luchar por la democracia: según contó a su intelectual de cabecera, Suso de Toro, él y sus amigos contribuyeron a derrotar el golpe de Estado de Tejero: “Rápidamente empezamos a hacer cosas concretas para luchar por la Democracia… Así que en cuanto empezó el nuevo día nos movilizamos, pude hablar por teléfono con algunos amigos de clase con inquietudes políticas, jóvenes que entonces también compartían militancia, y organizamos un acto en el hall de la Facultad de Derecho bajo un cartel en el que se podía leer: «¡Viva la Constitución! En defensa de la Democracia». El asalto al Congreso se produjo a las 6 y 22 minutos de la tarde del 23 de febrero ¿y este campeón esperó a la mañana del 24 para llamar por teléfono a sus amigos, para hacer un cartel con ‘Viva la Constitución’?¿A unas horas en que los guardias asaltantes empezaban a abandonar el Congreso saltando por las ventanas? ¡Qué caradura y cuanta gilipollez!
La segunda en las alturas de nuestra república es Ana Pontón, la gran esperanza blanca del nacionalismo gallego, que se aparecía en X con el siguiente tuit: “Dicir que Chávez era un dictador cando vivimos nunha monarquía… #mandatruco!”, que es una expresión sinónima de manda carallo o del célebre manda huevos de Federico Trillo. Manda narices, si queremos hacer una traducción más inocua. Creer que una república como la bolivariana es superior ética y políticamente a una monarquía parlamentaria es de una analfabeta política que me ha hecho recordar los tiempos en que yo también era gilipollas, hace 47 años, cuando se legalizó el PCE. A los jóvenes rojitos de entonces nos escandalizó un poco que Carrillo hiciera aquella declaración solemne en la sede que el partido tenía entonces en la calle Virgen de los Peligros, cuando aplacó el descontento militar por la legalización acatando la monarquía renunciando a la bandera tricolor por la que había sido siempre la bandera de España y aceptando el himno, eso que el Chepas Iglesias llamaría tantos años después ‘cutre pachanga facciosa’. Y Carrillo vino a callarnos preguntando: “¿Qué os parece más progresista, la monarquía sueca o una república bananera?” Todos lo comprendimos. Podría haber dicho “o una república bolivariana”, pero Hugo Chávez tenía entonces 23 años y no había llegado ni a teniente. Y Ana Tontón es la encarnación de un progresismo que consiste en remontarnos a medio siglo atrás.
¿Cuánta infamia es capaz de asumir Pedro Sánchez en sus cesiones ante Puigdemont? Todas las que le exija el pastelero loco. Ayer lo dijo ese impresentable portavoz de villanías que es Félix Bolaños. Todos los delincuentes golpistas serán amnistiados. Por todos los delitos, también por el terrorismo. ¿Qué sentido tenía tanto emperrarse contra el juez García-Castellón con la matraca de que no es terrorismo? Sánchez ya sabe que esta cesión es la garantía de la siguiente exigencia: la autodeterminación.
No todo es el PSC ni este tipo infame que lo lidera, Salvador Illa. Mon Bosch colgaba ayer en X una foto emocionante, en la que ocho vecinos del municipio navarro de Leitza, en estricta paridad, se retratan con una pancarta que dice ‘Marlaska dimisión. Alde betiko (vete para siempre ’ por los guardias civiles asesinados en Barbate. Detrás del grupo, otra pancarta dice: ‘Amnistía no’. Al final del video gritan: Viva la Guardia Civil. Viva España. Leitza tiene, según el censo de 2022, 3.029 habitantes. En las elecciones municipales de mayo pasado EH Bildu sacó el 80% de los votos y 9 concejales de 11. Esos vecinos de la foto tienen tienen una actitud emocionante. Ninguno es del PSOE. Solo se me ocurre definirlos con el título de un hermoso poemario del poeta cubano, disidente, claro, Heberto Padilla: ‘En mi jardín pastan los héroes’.
Gulliver dedica uno de sus ovillejos a una de nuestras heroínas máximas: Pilar Alegría
Combina la petulancia,
La insulsez, la casquería
Y mucha cursilería
Con faltas de concordancia.
Colmada está de igorancia,
dice ‘juridisprudencia’,
no sabe qué es ‘resiliencia’,
hace a ‘soez’ sustantivo
y fija como objetivo
un gran cero en contundencia.