COVITE editó el pasado viernes un informe de 200 páginas en el que bajo el título ‘Heridas’ trata de situar el terrorismo y a sus víctimas en la perspectiva de género. Su autora es Irene Muñoz Escandell, consultora y directora de Relaciones Internacionales de COVITE. Hay que mirar las cosas con perspectiva de género: entre las víctimas de ETA hay más hombres que mujeres. Dice la autora que , “el sistema patriarcal no solo alza un muro de discriminación que afecta especialmente a las mujeres sino que instituye un modelo de masculinidad hegemónica que también se convierte en una carga muy pesada para muchos hombres”. Sin menospreciar el papel de las mujeres como víctimas colaterales o inevitables de los atentados, no conviene equivocar los objetivos de los terroristas. Esto me recuerda lo que contaba Díaz Plaja en El español y los siete pecados capitales, de aquella patrulla del amanecer que llevaba a un pobre desgraciado a dar el paseíllo en una mañana de invierno. Y por decir algo que rompiera el silencio, dijo el fusilable: “¡Qué frío!” a lo que respondió uno de sus verdugos: “Quéjate tú, cabrón, que no tienes que volver”.
Ana Pastor de Ferreras explicaba que Mario Draghi no se refería a Sánchez sino a António Costa. Pero ahí siguen algunos difundiendo el bulo aunque el video del gobierno italiano lo deja claro”. Esa era la teoría que había defendido El Debate, pero no tiene mucha lógica. No parece razonable cuando Pedro Sánchez acababa su discurso así: “con estas palabras termino y agradecer (sic) de nuevo la hospitalidad del pueblo italiano y del Gobierno italiano y del primer ministro, Draghi”. La lógica de la conversación pedía que el destinatario de la despedida hiciese un acuse de recibo agradeciendo los agradecimientos. No que pase de las palabras de Sánchez y de las gracias al que todavía no ha dicho ni mú. Y si así fuera, tanto peor para Antonio Sánchez por el ninguneo.
Gulliver dedicaba una décima espinela a Antonio Sánchez Pérez-Castejón:
Buscando desacoplar
el precio de la energía
Pedro a Europa marchó un día
para su idea explicar.
Aunque no logró triunfar
es decir, que fracasó,
algo al menos si cambió:
Ya no es Pedro, sino Antonio,
según formal testimonio
que Draghi certificó.
El bofetón de Will Smith a Chris Rock por una broma desdichada sobre la alopecia de su mujer, ha dado mucho que hablar. En las portadas, en las redes y también en mi blog. Y menos mal que los dos protagonistas de la foto eran negros. Un pilar fundamental del blog, El Capitán, anotaba: “Es de justicia que Will Smith se lleve en el próximo festival de San Sebastián el premio Don Ostia”.
Also Starring preguntaba: “¿Alguien sabe si Will Smith estaría disponible para actual en el próximo debate sobre el Estado de la Nación? Es para una cosa”.
Trébol de Cuatro Hojas publicaba en Twitter “un mensaje urgente para el actopr Will Smith. Will, Pedro Sánchez se ha metido con tu mujer”. Y luego cruzaba los dedos: “A ver si le llega”.Carlos Fernández Villaverde destacaba que Will Smith ha hecho historia wen los Oscar, al ganar en la misma gala los premios al mejor actor protagonista y al mejor actor de reparto”.
También Pablo Iglesias terció en el tema: “Nunca se puede normalizar que una ofensa se resuelva a bofetones”. Pedro Otamendi reproducía un video de este insustancial: «Yo solo me he roto un hueso una vez. Me rompí el hueso de una mano por dar un puñetazo. Y di un puñetazo, no porque alguien de mi situación socioeconómica se vea muchas veces en esa situación, sino porque estábamos en un centro social, en el laboratorio, y un grupo de lúmpenes, eso, gentuza de clase social mucho más baja que la nuestra, quisieron robar una mesa de mezclas a unos raperos…»
Ricky Gervais dio unas pautas claras y sensatas para la gala de los Oscar en la entrega de los premios de los Globos de Oro del año 2020: “Si ganan un premio esta noche no usen el espacio para hacer un comentario político, ¿vale? ustedes no están en posiion de sermonear al público acerca de nada. Ustedes no saben nada del mundo real. Ustedes han pasado menos tiempo estudiando que Greta Thunberg. Entonces, si ganas, sube al podio, acepta tu tonto premio, agradece a tu agente y a tu Dios y lárgate, ¿vale?”
El Instituto Balear de la Dona y el Ninisterio que okupa la marquesa de la Mesa han editado un cartel infame, algo parecido a un chiste: Se ve a una mujer con signos evidentes de malos tratos: un brazo en cabestrillo, una tirita en la cara. Ante ella, un juez dice: “¿Cómo voy a creer que su marido la maltrata si usted está viva?” Mujeres maltratadas, abandonad toda esperanza. El sistema no os protege.
Luis Mª Anson dedicaba su Canela Fina de ayer a Penélope Cruz. Era puro ditirambo, pero no me voy a poner yo a discutir el derecho de don Luis Mari a expresar sus gustos por escrito. Sí quiero destacar dos cosas. Un columnista que en la firma, a continuación de su nombre pone: “de la Real Academia Española” no puede, no debe comenzar la columna con un pecado de lesa sintaxis, ya decía Paul Valery que es una facultad del alma: “Apenas conozco a Penélope Cruz. Creo recordar que la (sic) encargué la entrega del ABC de oro a Pedro Almodóvar…”
En fin. La cosa no acaba aquí. En el segundo párrafo le dedica una cláusula personal: “Negar el fulgor de Penélope en la pantalla sería negar la evidencia”.
O la objetividad. Le aplica la misma plantilla a todo el mundo:
José Luis Abalos: Negarle capacidad, seriedad y acierto es ofender la objetividad. Zapatero: “No reconocer el acierto de Zapatero, sería pura cicatería, perder el sentido de la objetividad”. Mariano Rajoy: Si no se reconoce la excelente gestión de Rajoy sería perder el sentido de la objetividad. En la Sexta Noche rechazó el escrache del que fue objeto Pabo Iglesias: Otra cosa sería perder el sentido de la objetividad. Negar la calidad intelectual y humana de Ione Belarra significaría perder el sentido de la objetividad.