Ayer, esa fenómeno que es Angels Barceló abría ‘Hoy por hoy’ a las 6 de la mañana diciendo: “Italia es una luz en rojo, una alarma para toda Europa. Uno de los países fundadores de la Unión Europea tendrá como primera ministra a la líder de un partido heredero de las ideas de un dictador fascista como Mussolini”.. No hay quién dé más. Bueno, sí: Antonio papel: “Lo de Italia estremece porque la historia se repite: Algunos totalitarios ya llegaron al poder por las urnas en los años 30. Y después ocurrió el Holocausto.”
Hoy hay un artículo excelente de Víctor Lenore en Vozpópuli para explicar lo de Italia: Se titula: ‘El fin de la farsa antifascista’. Dejo solo una frase: “La farsa antifascista permite a las élites de izquierda fingir que están con la justicia social sin renunciar a privilegios de clase”.
Juan C. Girauta se puso frente a la ola de estupidez que nos invade sobre las elecciones italianas: 1) Meloni no es fascista. 2) El Gobierno de España contiene elementos totalitarios. No puede dar lecciones de democeacia a nadie. 3) que una parte del discurso de Meloni te desagrade (a mí me pasa) no la convierte en una amenaza para la democracia.
TVE tiene en su haber dos hazañas más: la última, la dimisión del presidente de RTVE, José Manuel Pérez Tornero, empujado por la coalición de Gobierno, que quiere una televisión más afin. ¡Y sin viernes negros! La penúltima fue el jardazo que se pegó el sábado pasado, con el estreno de un programa de Sardá en horario estelar, a continuación del partido España-Suiza. Pasó de 3.237.000 espectadores, un 28,6% de cuota de pantalla, a 912.000 (un 11,6%). Por cierto, qué selección y qué partido. Después del segundo gol que encajó Unai Simón y ante el partido decisivo de hoy contra Portugal, me acordé de aquel consejo que daba Di Stefano al portero del Valencia: “Mirá, yo no pretendo que parés las pelotas que iban para dentro. Me conformo con que no metás las que iban para fuera”. Y digo yo: ¿No sería mejor que nos represente el Real Madrid y olvidarnos de la cama redonda de Rubiales?
Alberto Garzón colgaba la emotiva foto de Roger Federer junto a su eterno rival y amigo, Rafa Nadal. Ambos están conmovidos hasta las lágrimas, mientras se dan la mano sentados en el banco. Y va esta desdichada criatura y escribe: “Este momento de dos deportistas varones de éxito, con millones de fans en todo el mundo, contribuye a combatir. Los estereotipos más tóxicos de la masculinidad. Estos gestos públicos son enormemente poderosos”.
Antonio Domínguez Ramos, director general de Universidades del Gobierno de Cantabria, se ha autocolocado como profesor titular de la Universidad de Cantabria. Lo denunció ayer el portavoz de Vox en el Parlamento de Cantabria, Cristóbal Palacio, que explicó en rueda de prensa que el actual Director General de Universidades autopropuso su plaza ante el Rectorado de la Universidad 3 meses después de ser nombrado director general y el propio Rectorado incluyó su plaza en la oferta pública de empleo del 2021. “Una plaza a la que fue el único optante porque ningún otro perfil era posible dada la especificidad de la convocatoria que se había realizado”. En el tribunal que aprobó la plaza estaba el director de la tesis de Domínguez, que había sido su predecesor en la Dirección General de Universidades, José Angel Irabien. Ya lo creo que ira bien. Yo invito a los oyentes a que busquen en Google Antonio Domínguez Ramos, para que vean su carita irredimible.
Otro que tal: el 4 de junio de 2019, Pedro Casares, portavoz del Grupo socialista en el Ayuntamiento de Santander, registró una solicitud de concesión de una plaza de Profesor Contratado Doctor (régimen laboral fijo) en el Departamento de Economía de la Universidad de Cantabria. Dos semanas después, la Comisión de Validación y Garantía de la Oferta de Empleo Público, cuyos criterios para su composición se desconocen, publicó la asignación de esas plazas de profesorado a las personas que las habían solicitado. El 1 de agosto de 2019, se publicó en el Boletín Oficial de Cantabria, la convocatoria de concurso público de acceso a plazas de profesorado como la que se había asignado a Pedro Casares un mes y medio antes.