Antonio Basagoiti-El Correo

  • Los aranceles de Trump son un desafío, pero la incertidumbre puede ser temporal porque México es imprescindible para que funcione la economía de EE UU

Las medidas anunciadas por el Gobierno de Estados Unidos de imponer aranceles a las importaciones provenientes de México y Canadá están generando preguntas en el ámbito económico. Las empresas analizan la probabilidad de que les afecte el temporal y cómo proteger sus barcos. La previsión de vientos arancelarios no se circunscribe solo a esta parte del mundo, pero su posible impacto en Norteamérica requiere un capítulo aparte por la influencia mundial o por la notable presencia de empresas extranjeras.

De una hipotética borrasca comercial en la región tampoco podría escapar fácilmente la inversión española, por su notable posición en la zona, y también podría llegar algo de lluvia concretamente a la vasca por ser significativa y estar situada en sectores clave. Para esto último, para dimensionar la presencia vasca en la economía mexicana, podemos observar datos de la inversión de sus empresas en el país o el número de emigrantes que están cruzando el Atlántico a ese destino para trabajar:

La cifra de capital invertido en México procedente de la empresa vasca asciende a 7.170 millones de euros desde 1993, especialmente en el sector financiero de manera lógica. Otras industrias destacadas son el comercio, la fabricación de material de transporte, la química y la metalurgia. (DataInvex Secretaría de Estado de Comercio)

Unos 230 residentes en municipios de Euskadi emigran a México cada año, según el INE (2021-2023). Por la propia estructura económica de destino y el nivel de la inversión extranjera de origen la mayoría lo habrán hecho para trabajar en compañías vascas. Estos colectivos se estarán preguntando acerca del futuro de sus negocios y carreras profesionales. Las respuestas no pueden ser rotundas debido a la peculiaridad táctica del actor que anuncia las «sanciones» o la profundidad de las cuestiones que pone como moneda de cambio: narcotráfico e inmigración.

La luz que me atrevo a aportar dentro de estos nubarrones se basa en prever tres periodos diferenciados: inestabilidad los próximos meses, después certidumbre por conocer el desenlace y, por último, el tiempo de las oportunidades en México.

Ahora estamos en el de máxima incertidumbre. El presidente Trump ha dicho y hecho cosas diversas frente a México y sobre el Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC) y los aranceles. Durante este periodo se continuarán recibiendo mensajes contradictorios y las expectativas podrán cambiar por días. Son y serán días de volatilidad del tipo de cambio, de una inflación con tendencia incremental debido a un dólar fuerte, de un consumo interno ralentizado, o de inversiones y contratos que quedarán en espera.

Después entraremos al periodo de resolución y definición, que comenzará cuando se concluya la negociación de aranceles por seguridad y se conozca en qué situación queda finalmente el T-MEC. Esto no se producirá necesariamente dentro de un mes, tiempo establecido como pausa, porque la negociación engloba asuntos complejos con muchas derivadas no precisamente económicas.

Los sectores que más atentos tendrán que estar son los relacionados con la fabricación de vehículos y maquinaria. Es probable que haya una buena salida a este conato de disputa comercial por varios motivos. Entre ellos, las cadenas de producción de EE UU están ligadas a las de México, el país de las barras y estrellas necesita a su vecino para ser competitivo frente a otras economías y una manufactura especializada cruza la frontera hasta cinco veces en su proceso de producción. O para que la inflación no se dispare en toda la región por perder la competitividad del sur.

Y, por último, llegará el momento del largo plazo, el más importante. Los mandatos de los gobiernos son limitados y las virtudes de México son más longevas que una táctica. Dispone de una sana macroeconomía, son 130 millones de personas con una edad media de 29 años y tiene un gran potencial en infraestructuras, energía o bancarización. Es un país abierto al comercio y la inversión, y posee recursos y gran fuerza laboral. Si la visión sobre una inversión en México es pensando en años, las oportunidades se darán porque lo tiene casi todo. La perspectiva del pasado mañana debe ser positiva. Por eso es esencial mantener la calma. Las noticias serán más o menos alarmantes, pero nunca podrán oscurecer el potencial mexicano de largo recorrido.

En conclusión, aunque los anuncios de aranceles de EE UU representan un desafío significativo, es importante recordar que la incertidumbre puede ser temporal porque México es imprescindible para que funcione la economía norteamericana. Es verdad que el horizonte parece nublado, pero la previsión es que el barómetro se estabilice y la navegación de las próximas décadas entre el Pacífico y el Golfo de México sea más provechosa que en otros mares.