El PSOE, fracturado y sacudido por su propia batalla interna, vivió ayer una tregua pasajera en memoria de la ex ministra de Defensa Carme Chacón. La muerte repentina y prematura de la ex diputada catalana supuso un mazazo para todo el partido, que ayer amaneció conmocionado por la noticia –«un golpe seco, helado», en palabras del presidente de la Gestora socialista, Javier Fernández– que nadie esperaba.
La primera ministra de Defensa de la Historia de España consiguió ayer la unanimidad en torno a su figura en una formación política rota y en plena y cruenta guerra interna por las primarias en las que los militantes elegirán a un nuevo secretario general el próximo 21 de mayo.
Su energía, su vitalidad, su «valentía», como todos destacaron, el hecho de haber sido pionera en muchas tareas, unido a su juventud (46 años), impactaron en la familia socialista como ninguna otra noticia ha conseguido impactar en mucho tiempo.
Chacón fue descrita ayer en la sede del PSOE de la calle Ferraz por personas muy distintas y de todos los partidos como una mujer «valiente», «extraordinaria», «honesta» y «pionera». No en vano, se convirtió en la primera persona que consigue reunir en la sede del PSOE y en muchos años a cinco ministros del Gobierno del PP, seis presidentes autonómicos del PP y del PSOE, dos ex presidentes, dos consejeros de la Generalitat de Cataluña (del PDeCAT), dirigentes de primer nivel de Ciudadanos y todo el Partido Socialista, en un momento de gran tensión en el que algunos dirigentes ni siquiera dirigen la palabra a otros.
Eso sí: casi todas las fuentes coinciden en que la tregua conseguida ayer en la guerra interna del PSOE es temporal y frágil. Varios socialistas hicieron un llamamiento a la unidad o a discutir sobre las «cosas importantes», como dijo Felipe González, que sólo pronunció esa frase lapidaria ante los periodistas: «Una noticia como ésta nos debe llevar a discutir sobre las cosas importantes».
Sin embargo, todo parece indicar que la batalla a cara de perro que está enfrentando al ex secretario general Pedro Sánchez y a la presidenta de la Junta de Andalucía, Susana Díaz, va a seguir incluso recrudeciéndose en las próximas semanas. Ayer, de hecho, los dos dirigentes enfrentados ni siquiera se vieron, a pesar de coincidir en Ferraz.
Susana Díaz llegó a la sede del PSOE muy afectada sobre las 14.30 horas. La presidenta mantenía una relación muy estrecha con Chacón. Era su amiga. La candidata a liderar el PSOE apareció demudada y de un luto riguroso. Pasó mucho tiempo en la capilla ardiente situada en la sala Ramón Rubial –donde se celebran los comités federales–. Pero también visitó otras dependencias de Ferraz varias plantas más arriba, donde tienen sus despachos los miembros de la Gestora socialista, como explicaron fuentes del PSOE.
Cuando llegó Pedro Sánchez, sobre las 17.30 horas, Díaz estaba cinco plantas más arriba. La presidenta no bajó durante los 35 minutos que Sánchez pasó en la capilla ardiente o firmando en el libro de condolencias.
El ex secretario general sí saludó al presidente de la Gestora, el asturiano Javier Fernández, a su número dos, Mario Jiménez, y al presidente de Aragón, Javier Lambán. También coincidió con el también candidato Patxi López, con quien intercambió unas palabras.
El ex lehendakari subió después a las dependencias de Ferraz donde estaba Susana Díaz para saludarla, como confirmaron distintas fuentes socialistas. Díaz compareció después ante los periodistas para afirmar, muy afligida, que Chacón era «una persona dulce, cariñosa, rebelde y honrada». Con los ojos llorosos, la presidenta de Andalucía dio cuenta de cuánto quería a la ex ministra, a la que apoyó en 2012 para hacerse con el liderazgo del PSOE frente a Alfredo Pérez Rubalcaba.
Varios socialistas hicieron referencias veladas en sus breves palabras de pésame a la necesidad de unidad del PSOE. Como aseguró el primer secretario del PSC, Miquel Iceta, también muy afectado, la ex ministra «nos recuerda a los socialistas que formamos parte de una familia». Otros, sin embargo, admitían sin ambages que «el partido está roto». «Nos estamos esquivando», aseguró uno de ellos a EL MUNDO.
Patxi López, por su parte, destacó que «hoy los socialistas lloramos juntos, se ha ido una de las nuestras, una de las grandes». Sánchez añadió que «hoy es un día muy duro para todos los que nos sentimos feministas, para todos los socialistas y para millones de progresistas en este país». Como aseguraron tanto él como muchos de los que visitaron Ferraz, Chacón «no sólo fue ejemplar en su acción política, también dio ejemplo y abrió muchos caminos».
Por la mañana visitaron Ferraz el ex presidente José Luis Rodríguez Zapatero, el dirigente socialista más próximo a ella, que despidió a su «leal compañera y ejemplar servidora pública». Y el ex secretario general Alfredo Pérez Rubalcaba, visiblemente emocionado. Él se enfrentó a Chacón en el Congreso Federal de Sevilla, en 2012, pero con ella vivió también muchos momentos de cercanía y proximidad antes de aquel cónclave.
PP Y CS SE VUELCAN
Visitaron también la sede del PSOE la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, la ministra de Defensa, María Dolores de Cospedal, y los titulares de Sanidad, la catalana Dolors Montserrat; Justicia, Rafael Catalá; e Interior, Juan Ignacio Zoido. Además de otros dirigentes del PP como Andrea Levy o Alicia Sánchez-Camacho.
Ciudadanos también envió a Ferraz una delegación de primer nivel. Rindieron homenaje a Chacón el número dos del partido, José Manuel Villegas; su portavoz, Inés Arrimadas; y el número dos del grupo parlamentario en el Congreso, Miguel Gutiérrez. Nadie de la dirección de Podemos visitó Ferraz, aunque sí estuvieron el portavoz del partido en el Senado, Ramón Espinar, el ex Jemad Julio Rodríguez y la portavoz adjunta de Podemos en el Congreso, Ione Belarra. También visitó la capilla ardiente la alcaldesa de Madrid, Manuela Carmena.
Centenares de personas acudieron ayer a la sede del PSC en Barcelona para firmar el libro de condolencias por la muerte de Chacón. Allí coincidieron el presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont; la del Parlament, Carme Forcadell; y los líderes de los partidos catalanes Marta Pascal (PDeCAT), Inés Arrimadas (Cs), Lluís Rabell (SíQueEsPot) y Xavier García Albiol (PP).