EL PAÍS 05/01/17
EDITORIAL
· Urge limitar el riesgo de una ola de proteccionismo global
Una vez más a golpe de tuit. Y una vez más antes de poner los pies en la Casa Blanca. Ya lo logró en diciembre, al forzar a la empresa de refrigeración Carrier a cancelar sus planes de expansión en México. Lo anunció triunfalmente entonces y lo ha vuelto a proclamar ahora: se acabó el tiempo en el que las empresas estadounidenses podrían trasladarse al exterior sin unas “consecuencias” que cifró en aranceles del 35%.
Ahora la víctima es nada menos que Ford, la empresa pionera de una de las industrias más importantes del mundo, que también se ha doblegado a las presiones del presidente electo al anunciar que cancelará una inversión de 1.600 millones de dólares que tenía prevista en México. Sostienen los ejecutivos de Ford que han revisado a la baja las previsiones sobre la demanda de vehículos compactos baratos que tenían planeado fabricar en la factoria mexicana de San Luis Potosí, y que a cambio han decidido reforzar la producción de vehículos eléctricos fabricados en EE UU. Pero todo indica que esta última explicación es solo una manera de dignificar una decisión que busca congraciarse con un presidente que está a pocos días de tomar posesión y que, para confirmar que sus extemporáneos tuits van en serio, ha nombrado un equipo (Robert Lightizer como negociador de Tratados, Wilbur Ross como secretario de Comercio y Peter Navarro como principal consejero en temas de comercio) que deja claro que en materias de comercio no improvisa en absoluto ni piensa hacerlo.
Pese a las incertidumbres que rodean la presidencia de Trump se está dibujando con toda nitidez un mandato presidido por fuertes enfrentamientos con México, China y cuantos osen oponerse a sus amenazas y bravuconadas, dentro o fuera de EE UU. Olvida o, peor aún, desconoce Trump que EE UU es el principal beneficiario de un orden internacional abierto y que la apertura de una dinámica proteccionista que llevara a otros países a imponer aranceles a las exportaciones estadounidenses perjudicaría notablemente a EE UU. Urge antes de que sea demasiado tarde una acción internacional concertada para marcar el camino a Trump y limitar el riesgo de una ola de proteccionismo global.