Garikoitz Aspiazu, Txeroki, que fue el jefe de ETA responsable de la ruptura de la tregua de 2006 con el atentado de la T-4 de Barajas, mostró su desprecio al tribunal en el primer juicio que se celebra contra él en España.
Está acusado del envío de un paquete bomba contra el presidente del consejo de administración del Grupo Correo, Enrique Ybarra, que fue desactivado por artificieros de la Ertzaintza. El fiscal solicita 15 años de prisión para él, los mismos a los que fueron condenados en octubre de 2010 sus compañeros de comando Idoia Mendizabal y Asier Arzalluz.
Txeroki, de 37 años, es un duro dentro de la organización terrorista, pero recientemente había comentado que «la lucha armada ya no procede». Sin embargo, su actitud en el juicio no respondió a esa reflexión, sino que escenificó un juicio de ruptura. Se negó a ponerse de pie a solicitud del tribunal, no quiso contestar a ninguna pregunta, ni del fiscal, ni de su propia abogada, y simplemente dijo en euskera: «No reconozco vuestra legitimidad para juzgar a ciudadanos vascos. No voy a participar en esta farsa».
Luego, se limitó a seguir el juicio desde la pecera de la sala antiterrorista de la Audiencia Nacional. Txeroki intercambió saludos con la media docena de amigos que estaban en la sala y dirigió gestos de complicidad a su abogada, que respondía con sonrisas. Hasta en cuatro ocasiones el etarra se agachó para mirar por debajo de la cortinilla de protección de determinados testigos, generalmente policías que gozan de protección de su imagen. Los acusados tienen derecho a mirar y a conocer quién declara contra ellos, pero el modo en que lo hizo Txeroki constituye una forma de intimidación.
Declararon en calidad de testigos los artificieros que desactivaron el paquete bomba, diversos policías que participaron en detenciones y registros, e incluso un colaborador de ETA, Gorka Martínez Arkarazo, que había alojado en su domicilio de Amorebieta (Vizcaya) a todos los integrantes del comando Olaia, denominado así en homenaje a la activista de ETA Olaia Castresana, muerta al estallarle una bomba que intentaba manipular el 24 de julio de 2001 en Torrevieja (Alicante). Martínez llegó a declarar al tribunal que solo conocía a Txeroki «de la tele» aunque poco antes, al entrar en la sala, le había saludado.
Las pruebas indican que los tres miembros del comando -Txeroki, Asier Arzalluz e Idoia Mendizabal- estuvieron alojados en el domicilio de Amorebieta entre septiembre de 2001 y mayo de 2002 mientras realizaron seis acciones terroristas, incluido el envío de tres paquetes bomba. Así se deduce de un documento incautado al que entonces era jefe de ETA, Juan Antonio Olarra Guridi, en el que describía los comandos que de él dependían y los atentados que habían cometido.
Entre las pruebas descritas en el juicio figura la máquina de escribir con la que se confeccionó la dirección del destinatario del paquete bomba y también existen pruebas de ADN que sitúan al comando en el piso en cuestión. Sin embargo, no se ha aportado ninguna prueba de que Aspiazu enviara o manipulara personalmente el sobre o el explosivo.
EL PAÍS, 23/6/2011