de Florencio Domínguez, EL CORREO 10/12/13
· Lasa Mitxelena ha sido el cabecilla de la huelga de hambre en Sevilla II que ha desafiado a la dirección de la izquierda abertzale.
Juan Lorenzo Lasa Mitxelena, alias ‘Txikierdi’, salió ayer por la tarde de la cárcel de Sevilla II 28 años después de su detención en Francia. El ya ex preso etarra estaba condenado a penas que suman 320 años por ordenar distintos atentados que incluyen seis asesinatos. Con su excarcelación, derivada directamente de la derogación de la ‘doctrina Parot’ por parte del Tribunal de Estrasburgo, sale a la calle un símbolo de la ETA más dura e irreductible. Primero y sobre todo como miembro de la dirección de la banda, donde tuvo el mando directo de los comandos ‘liberados’ en la época de mayor actividad terrorista. Entre ellos, el famoso talde itinerante ‘Argala’, integrado por los hermanos Parot, el más sanguinario de la historia de la organización.
Después, como portavoz durante mucho tiempo de los presos etarras hasta que, en 2011, renunció en desacuerdo con la estrategia que estaban llevando ETA y la izquierda abertzale. Y más tarde como uno de los líderes de la revuelta, en forma de ayuno, que una docena de reclusos ha mantenido hasta hace escasas fechas en la cárcel de Sevilla II. Durante un mes, los reos echaron un auténtico pulso con los dirigentes de Sortu y con la propia banda. A pesar de que formalmente la protesta tenía que ver con el trato que reciben los antiguos terroristas en el centro penitenciario andaluz, fuentes conocedoras del desarrollo de la huelga aseguran que también había un mensaje interno: «Hay determinados límites que no estamos dispuestos a tolerar».
Así que no es de extrañar que algunos expertos antiterroristas vean en Juan Lorenzo Lasa Mitxelena, nacido en Rentería hace 58 años, a un líder de los sectores más duros de ETA. Lo es después de cuatro décadas de militancia en la organización, de ellos 28 encarcelado.
‘Txikierdi’ entró en el grupo terrorista a principios de 1973 cuando apenas tenía 18 años. Fue encuadrado inicialmente en el frente político, pero enseguida recibió un curso de adiestramiento en el uso de armas que tuvo lugar en las inmediaciones del hipódromo de Lasarte. El instructor fue Eustakio Mendizabal, ‘Txikia’, líder de ETAV Asamblea, que llevaba dos años intensificando el activismo de la organización y que pocos meses más tarde, en abril, resultaría muerto por disparos de la Policía.
En septiembre de 1973, a raíz de la captura de varios etarras con los que estaba relacionado, ‘Txikierdi’ huyó de su domicilio y se trasladó a Francia donde, en 1975, le fue concedido el estatuto de refugiado que mantendría durante cuatro años. Como clandestino pasó la frontera en algunas ocasiones para participar en actividades de ETA-V en territorio guipuzcoano.
Herido en un asalto
La crisis de ETA-V Asamblea registrada en 1974 se saldó con la ruptura en dos nuevas ramas, ETA militar y ETA político militar. Lasa Mitxelena, que se alineó con los ‘polimilis’, el grupo más potente y con más efectivos, pasó a ser uno de los dirigentes de los ‘comandos bereziak’ (especiales) junto con otros individuos como Eugenio Etxebeste, ‘Antxón’, o Francisco Múgica Garmendia, ‘Pakito’.
Como miembro de una célula de los ‘especiales’, ‘Txikierdi’ actúa en Gipuzkoa. El 24 de abril de 1977 el comando de Lasa Mitxelena acude a atracar una sucursal bancaria en Tolosa y se encuentra con un sargento de la Guardia Civil en su interior porque la otra rama de ETA había madrugado más y acababa de llevarse el dinero. Se inicia un tiroteo en el que muere el sargento Antonio Galán y ‘Txikierdi’ resulta herido al rozarle una bala la cabeza a la altura del ojo.
La intervención en ese atraco fallido es, probablemente, la última actuación como miembro de ETA p-m ya que apenas un mes más tarde los ‘bereziak’ se separan de esa organización y en septiembre se fusionan con ETA militar. En el reparto de poder que se produjo entre los ‘milis’ y los ‘ bereziak’ a éstos les tocó el control del denominado ‘aparato de comandos ilegales’, la estructura armada más fuerte de la organización terrorista. A fin de cuentas, los ‘especiales’ aportaron más de un centenar de activistasa ETA m, muchos de ellos ‘liberados’ y con experiencia.
‘Santi Potros’, lugarteniente
‘Txikierdi’ se convirtió a finales de 1977 en el jefe de los comandos ‘ilegales’ con ‘Santi Potros’ como su lugarteniente. Desde esa estructura terrorista organizó y dirigió las células que desencadenaron en los primeros años de la democracia una ofensiva de atentados sin precedentes. Le corresponde, por ello, una responsabilidad máxima en los años de plomo, aquellos en los que se dispararon los asesinatos mientras los partidos políticos trataban de crear y consolidar las nuevas instituciones democráticas.
Bajo la dirección de Lasa Mitxelena se consolidó el funcionamiento del ‘aparato de ilegales’ que tenía dividido el País Vasco y Navarra en demarcaciones en las que operaban sendas células de ‘liberados’. Los comandos ‘Vizcaya’, ‘Araba’, ‘Donosti’, ‘Eibar’, ‘Nafarroa’ y ‘Goierri’ tenían asignado un territorio en el que cometían sus atentados. Cada talde operaba durante varios meses y después regresaba a Francia, mientras otro grupo de relevo ocupaba su lugar. ‘Txikierdi’ era el jefe, el que organizaba los comandos, el que les proporcionaba el material y las órdenes. Un dato anecdóctico, pero significativo, revela hasta dónde llegaba el poder del jefe: a mediados de diciembre de 1980, los integrantes del ‘comando Eibar’ solicitaron permiso a ‘Txikierdi’ para volver a Francia y poder celebrar la Navidad con las familias. Durante días estuvieron esperando respuestas sin moverse, hasta que el día 19 les llegó la autorización de su jefe y se encaminaron a la frontera.
En 1981, el poder de Lasa Mitxelena dentro de ETA se incrementó notablemente porque pasó a controlar personalmente el ‘comando Argala’, la célula terrorista de los hermanos Parot que estaba formada por ciudadanos franceses. Era un grupo particularmente secreto, separado de las estructuras ordinarias de ETA, que hasta ese momento había dependido de Txomin Iturbe y que actuaba en Madrid y Barcelona contra objetivos de alto impacto político. Henri Parot, tras su arresto en 1990, declaró a la Guardia Civil que ‘Txikierdi’ era «mucho más responsable en la actividad clandestina» que Txomin Iturbe. Además de dar las órdenes, Lasa Mitxelena llegó a participar con el comando en un ensayo del atentado que luego sufriría el teniente general Valenzuela, en Madrid, y en el que murieron tres militares.
Lasa hizo aquí el papel del general Valenzuela conduciendo un coche, mientras los miembros del talde se acercaban en una moto y le colocaban una bomba (simulada) en el techo. La conclusión de la prueba fue que los que iban en el coche no se enteraban de nada, así que decidieron hacerlo realidad. Una gran parte de las condenas de ‘Txikierdi’ en España se han basado, precisamente, en los atentados del ‘comando Argala’ que él ordenó.
Capturado en Anglet
La trayectoria activa de Lasa terminó el 30 de enero de 1985 cuando los agentes de la PAF de Hendaya, al mando del comisario Joel Cathalá, entraron en un chalé de Anglet y lo capturaron. Una semana más tarde arrestaban también al jefe de logística, Isidro Garalde, ‘Mamarru’. Esas dos operaciones representaron el golpe más duro que se había dado a ETA hasta ese momento. Tras cumplir condena en Francia, el 10 de abril de 1992 fue extraditado a España. El comisario Cathalá, entonces jefe del aeropuerto de Roissy, acudió a ver cómo el dirigente etarra era embarcado para su traslado a Madrid donde ingresó en prisión.
Pocos meses después de su llegada a España, el Gobierno trasladó a Juan Lorenzo Lasa a la cárcel alavesa de Nanclares de la Oca, en la que entonces se había reunido a un grupo de etarras críticos con la continuidad de la violencia. ‘Txikierdi’ no encajaba con el perfil del resto de los internos de Nanclares, pero la mera presencia del jefe etarra en la prisión suscitó numerosas interpretaciones y le obligó a dar explicaciones públicas indicando que se estaba haciendo un «uso político» de su persona con el traslado y que «cualquier tonto sabe que no está en mis manos elegir cárcel».
Aquel movimiento tenía por objeto poner en contacto a ‘Txikierdi’ con Isidro Etxabe, ‘Zumai’, otro peso pesado dentro de ETA que en aquel momento abogaba por el abandono de las armas, para ver si el segundo era capaz de arrastrar al primero. No funcionó. Lasa Mitxelena era entonces y lo sigue siendo ahora el representante de las posiciones más duras y ortodoxas en el seno de la banda terrorista.
En 1996, en pleno secuestro del funcionario de prisiones José Antonio Ortega Lara, fue elegido uno de los portavoces de los presos y siguió en esa función hasta su dimisión hace apenas dos años. Estuvo por tanto quince años ininterrumpidos al frente del colectivo de reclusos de la banda.
La postura de dureza del dirigente etarra la pudieron comprobar, en 1997, los miembros de la comisión de Derechos Humanos del Parlamento vasco que acudieron a visitar a ‘Txikierdi’ a la cárcel para hablar del secuestro de Ortega Lara y de un plan de acercamiento de presos. El recluso rechazó los temas planteados por los parlamentarios y sacó su propia agenda de exigencias en un clima de gran frialdad.
de Florencio Domínguez, EL CORREO 10/12/13