- Estábamos equivocados. Cuando los socialistas se empeñaron en arrogarse los errores y los crímenes del PSOE de los años treinta no debimos responderles que aprendieran historia, sino que sacaran la mano de la caja
El TC va a bendecir la amnistía, vean la ponencia. Qué raro, con lo neutrales que son. Recuérdese que la amnistía no solo es normativa (los delitos no han existido); trae una interpretación oficial del golpe de 2017 que hace al Estado responsable. Y eso es romper la baraja. Es triste asistir a la muerte de un sistema de libertades tan largo, y más cuando has asistido a su nacimiento. Para mayor recochineo, la liquidación de la democracia española es una coproducción de las mismas siglas que se levantaron contra la Segunda República en 1934. Unos las heredaron, como ERC, y otros las usurparon, como el PSOE. Esto es sabido y no merece mayor atención, salvo porque nos ofrece un ejemplo de cómo a veces el nombre hace a la cosa. El PSOE del siglo XXI tiene una banda al mando que suma, a la venalidad irrefrenable, una oceánica ignorancia de la historia. Carencia muy conveniente para los ordeñadores del antagonismo, pues bastaría una pátina de cultura para verlos avergonzarse de su injustificada jactancia del pasado, de los cuentos chinos de la memoria democrática, que en realidad es amnesia autoritaria.
Estábamos equivocados. Cuando los socialistas se empeñaron en arrogarse los errores y los crímenes del PSOE de los años treinta no debimos responderles que aprendieran historia, sino que sacaran la mano de la caja. Le inventaron un prestigio a su bando —que insisten en llamar republicano en vez de frentepopulista— no por malas lecturas, pues no hay ninguna, sino para mantener acomplejada a la derecha socialdemócrata. Y para perpetuar una superioridad moral, una impertinencia de mala maestra tipo Intxahurraco, con la que despistar sus saqueos, su abuso de poder y su colonización del sistema. Pero si pueden hacer tales trucos es por algo. Ese algo atañe al conocimiento. Se las saben todas en materia de impunidad, chantajes, propaganda, acosos a jueces y policías, utilización del miedo para someter a la sociedad mientras se la desvalija. Sin embargo, el noble pueblo, ¿qué sabe? ¿Qué le han enseñado? Las élites, ¿dónde están? ¿Cabe siquiera hablar de élites?
En una sociedad privada de educación —entendida como transmisión de conocimientos—, pero de educación obligatoria —entendida como adoctrinamiento sentimental—, no debimos hacer siquiera el esfuerzo de contraponer a su relato las verdades fácticas de la historia, arrojadas al olvido y al Código Penal para que nunca hayan existido. Magia. Sabemos que la verdad ni importa ni existe para la banda. Ahí está la ponencia del TC, el disparate de la constitucionalidad de la amnistía. Valiosa contribución al golpe de Estado por capítulos. Patraña que avergüenza a los juristas, y a cualquiera que se tome el tiempo de estudiar la cuestión. Sin embargo, la interpretación de la Constitución la imponen ellos, y en concreto un tipo que se enorgullece de la suciedad de su toga. Hay que ver si también lleva muescas recordando las veces que ha impedido guardar la Constitución al guardián de la Constitución. ¡Menuda cura nos espera!