«Man, there ain’t no choice, it’s better in the U.S.A. You can be what you want and say what you want to say», Glenn Frey.
Hay que reconocer el excelente trabajo de los negociadores de la Unión Europea y de Von Der Leyen. El acuerdo con Estados Unidos es una gran victoria para Trump pero es una victoria para la Unión Europea.
Uno de los aspectos más importantes del acuerdo Unión Europea-Estados Unidos es que la UE se compromete, por fin, a comprar gas natural licuado estadounidense y sustituir las compras de Rusia.
También llega a un acuerdo muy positivo en chips de IA que desplaza a China.
La Unión Europea invertirá más de 1,3 billones de dólares más en Estados Unidos, en energía, equipamiento militar e industria.
El fortalecimiento de la cooperación estratégica con Estados Unidos en energía, tecnología y defensa es muy positivo para la Unión Europea y, además, bueno para Ucrania.
Es más, aleja el fantasma de ese acercamiento a China en tecnología tan temido por muchos agentes económicos.
Von der Leyen lo explica: «Reemplazaremos el gas y el petróleo rusos con compras significativas de GNL, petróleo y combustibles nucleares estadounidenses. Los chips de IA estadounidenses ayudarán a alimentar nuestras gigafactorías de IA».
El acuerdo acepta un 15% de aranceles a los productos europeos. ¿Por qué es esto positivo? Si la Unión Europea no hubiese cerrado este acuerdo, Reino Unido y Japón habrían tomado rápidamente una gran parte de su cuota de mercado en comercio global.
La Unión Europea invertirá más de 1,3 billones de dólares más en Estados Unidos, en energía, equipamiento militar e industria
La UE sabe que 15% de aranceles es asumible porque no tiene alternativa al mercado estadounidense, es consciente de la sobrecapacidad de sus empresas exportadoras y evita un problema de capital circulante en sus exportadores.
No podemos olvidar que la Unión Europea asume esos aranceles del 15% porque no ha querido eliminar algunas de las trabas comerciales que hasta el informe Draghi mencionaba.
Una parte clave del acuerdo es que se acuerdan aranceles “cero por cero” para varios productos estratégicos, incluyendo “todas las aeronaves y sus componentes, ciertos productos químicos, ciertos genéricos, equipos de semiconductores, ciertos productos agrícolas, recursos naturales y materias primas esenciales”. Y, como explica Von Der Leyen, seguirán trabajando para añadir más productos a esta lista.
Algunos preguntan en qué se beneficia la UE del acuerdo.
Mucho mayor comercio y cooperación estratégica con EEUU. No hay ningún sector perjudicado. La demanda global de productos ganaderos, agrícolas y automóvil europeos no va a caer ni se va a reducir.
La Unión Europea y sus sectores no salen perjudicados porque haya más posibilidades de elección para los consumidores, todo lo contrario.
Europa sale beneficiada al alcanzar acuerdos estratégicos con los líderes en estos sectores y abandonar la peligrosa deriva hacia China y las compras a Rusia, que alcanzaron récord en 2024 en gas natural licuado.
Se ha demostrado que Trump tenía razón. Las empresas europeas no pueden sustituir al consumidor estadounidenses y el nivel de sobrecapacidad y riesgo de capital circulante las lleva a aceptar un arancel del 15% a cambio de mayor comercio y mejores ventas.
Lo que demuestra el proteccionismo que inunda el análisis económico es que se piense que este acuerdo perjudica a la ganadería, agricultura, defensa o automóvil europeo porque aumenta la oferta de bienes para los consumidores y elimina las enormes barreras a los productos estadounidenses.
Las empresas europeas exportadoras van a seguir creciendo y aumentando sus beneficios porque sus productos son de calidad y demandados. Que el consumidor pueda elegir productos estadounidenses también no es un riesgo, es una bendición.
Las empresas europeas no pueden sustituir al consumidor estadounidenses y el nivel de sobrecapacidad y riesgo de capital circulante las lleva a aceptar un arancel del 15%
El acuerdo supone una mejora sustancial para los consumidores al levantar barreras internas, aumentar la oferta y eliminar barreras a los productos estadounidenses. Ningún sector europeo teme a la competencia. A lo que temen es al expolio fiscal y burocrático.
Este acuerdo es una victoria clara para Trump porque demuestra que tenía la razón en su estrategia comercial, pero es una victoria para Europa al eliminar muchas barreras y aranceles internos.
Además, fortalecer la cooperación con Estados Unidos puede ayudar a liderar en tecnología, defensa y energía con un socio estratégico clave.