Los diversos autores del volumen Política de defensa i Estat propi (Editorial Base), que llegará a las librerías en los próximos días, abordan el debate sobre «la política de defensa en vísperas de la creación de un Estado catalán» y se muestran favorables a «asumir una política de defensa homologable a la de los países de nuestro entorno geográfico».
El jefe de Comunicación de Carles Puigdemont escribe el primer capítulo, en el que admite que el debate sobre si una Cataluña independiente debería tener ejército genera enfrentamientos entre los partidos soberanistas. En su opinión, «no haber dispuesto de fuerzas armadas de obediencia catalana durante tres siglos ha provocado que no exista ninguna doctrina militar catalana». Sin embargo, una Cataluña independiente sin fuerzas armadas sería «un caso insólito».
Clotet asegura que un Estado independiente sin política de defensa «dejaría de ser» en realidad «independiente, porque quedaría sometido e indefenso ante los intereses estratégicos de otros Estados, de las organizaciones terroristas globales, de los piratas informáticos, de traficantes de personas y drogas…».
En cuanto a la pertenencia a organizaciones militares supranacionales, el dircom del Govern también se muestra favorable, pese a que, como recuerda, Cataluña rechazó la permanencia de España en la OTAN en el referéndum de 1986. Es más, Clotet ve en esta vía una manera de «facilitar» el «reconocimiento internacional de la nueva condición estatal de una nación».
Clotet también ataca la visión negativa de los ejércitos que ha asumido una parte de la sociedad y los partidos catalanes (entre ellos la CUP, socio de Junts pel Sí) desde hace muchos años. «Tres siglos de dominación militar por parte de otro país [España] han impreso una percepción social negativa (muy comprensible) del concepto militar», añade. Sin embargo, confía en que, «con el paso del tiempo, previsiblemente la sociedad catalana pondrá en valor su política de defensa y percibirá sus beneficios».