El mitin que el candidato François Fillon celebró el pasado viernes en Montpellier fue vigilado por francotiradores de la policía. Una compañía de agentes de operaciones especiales permanecía dispuesta a intervenir. A Fillon se le aconsejó vestir un chaleco antibalas, pero el conservador rehusó. ¿La razón de tantas precauciones? El Ministerio del Interior temía un atentado contra él por parte de dos hombres, Mahiedine M. y Clément B., intensamente buscados desde diciembre. Ambos fueron detenidos ayer en la ciudad de Marsella.
Según el fiscal antiterrorista de París, François Molins, los dos detenidos, de nacionalidad francesa, se habían afiliado al Estado Islámico a través de una conexión chechena y preparaban una acción violenta contra la campaña electoral. Además de Fillon, especialmente vulnerable el viernes porque se encontraba cerca de Marsella, donde los dos islamistas llegaron por separado a finales de marzo, fueron advertidos Emmanuel Macron, Marine Le Pen y Benoït Hamon. Los equipos de seguridad de todos ellos recibieron además fotos de los dos presuntos terroristas.
Mahiedine M. y Clément B. se conocieron en la cárcel de Sequedin (norte de Francia), donde ambos cumplían condena por delitos comunes relacionados con el robo y el tráfico de drogas. Mahiedine M., de 30 años y religión musulmana, se radicalizó a lo largo de un proceso estimado en más de un año. Clément B., de 24 años, se convirtió al islam y se radicalizó en unos pocos meses de 2016. Durante un registro en el domicilio de Mahiedine M., en Roubaix, al norte de Francia, la policía encontró en diciembre material yihadista. Pero no le encontró a él.
Desde ese momento comenzó una operación de búsqueda, reforzada en cuanto Mahiedine M. envió a una comisaría su documentación y una carta desafiante que concluía pidiendo que le dejaran «en paz».
El pasado 12 de abril, la policía interceptó un vídeo que Mahiedine y su asociado intentaban enviar a una dirección electrónica relacionada con el Estado Islámico. En el vídeo juraban fidelidad a la organización yihadista bajo una bandera negra y mostraban una portada del diario Le Monde en la que aparecía una foto del candidato François Fillon, junto a la frase «la ley del Talión» confeccionada con cartuchos de bala. Fillon fue advertido inmediatamente, así como otros candidatos, pero –por razones aún no dadas a conocer– se consideraba libre de amenazas el candidato radical de izquierda Jean-Luc Mélenchon, quien ayer envió mensajes de solidaridad a sus rivales electorales.
El mitin de Fillon en Montpellier se desarrolló bajo una enorme tensión, aunque ni el público ni la prensa lo supieran. El registro del apartamento de Marsella donde ayer fueron detenidos los dos yihadistas confirmó los temores. Poseían un pequeño fusil ametrallador Uzi, dos pistolas, numerosa munición, un cuchillo de caza, una granada artesanal, tres kilos de explosivo TATP y abundante material para fabricar otros explosivos, entre el que figuraba un saco de tornillos utilizables como metralla. En el apartamento fueron encontrados también 10 teléfonos móviles, pasamontañas y máscaras.
«No voy a convertir el asunto de la seguridad en el tema central de mi campaña, será como hasta ahora uno de los temas importantes y nada más, no soy un caso especial porque todos estamos amenazados», dijo François Fillon tras conocerse la detención. Emmanuel Macron dijo ser consciente de que «los enemigos de la democracia amenazan de forma constante el proceso electoral».
Las sedes electorales de los candidatos dispondrán estos días de una seguridad reforzada desde ahora. El domingo, más de 50.000 policías y los militares desplegados en la Operación Vigipirate se ocuparán de la seguridad de los colegios electorales.
El primer ministro galo, Bernard Cazeneuve, admite sin embargo que es imposible vigilar de forma permanente cada una de las sedes. Francia permanece bajo estado de emergencia desde los atentados de noviembre de 2015 en París.