TONIA ETXARRI-EL CORREO

Pedro Sánchez sabe que sus socios no le fallarán a la hora de aprobar los Presupuestos. Ahí estarán. Como un solo hombre (y mujer). Pero esa alineación garantizada no le evitó recibir un varapalo con guante de seda como el del nacionalista Aitor Esteban en el Congreso de los Diputados. Los fondos europeos no acaban de llegar a destino. ¿Por incompetencia y burocracia? El caso es que su diagnóstico fue letal al hablar de «la lentitud y cierto caos». De esa falta de diligencia no solo se había estado quejando el PP. Y ayer, el PNV. También se había hecho eco, hace unos días, la presidenta de la Comisión de Control del Parlamento Europeo, Monika Hohlmeier, que no pudo ser más explícita: «Ni idea de cómo gasta el dinero España», protestó. Ayer Sánchez le respondió al PNV que somos el país que ha recibido el segundo reembolso de los fondos. Se colgó otra medalla y se quedó tan ancho. No le estaban criticando la recepción de las ayudas sino que los fondos no llegaran a su destino con la debida diligencia. Pero lo que más le ocupa a este presidente es saber que cuenta con el respaldo suficiente para seguir en el poder. Por eso enfatizó su agradecimiento al PNV por su apoyo en el trámite presupuestario.

De la sesión de ayer en el Congreso cabe destacar la ‘pausa y café’ que se tomó Sánchez en su cruzada contra Feijóo. Ese trabajito se lo hizo el ministro Bolaños. La sombra del fracaso en la negociación sobre el pacto judicial se proyectaba, sin embargo, en el hemiciclo en forma de lanzas. Sánchez había optado por incluir en la agenda el retoque del Código Penal para rebajar el delito de sedición y contentar a ERC a la vez que negociaba con el PP el Pacto de la Justicia. Y Feijóo prefirió arriesgarse con la ruptura de las negociaciones a tener que tragar con la humillación de negociar con el presidente el reforzamiento del Estado de Derecho mientras éste pactaba con quienes dieron un golpe a la Constitución desde el poder en Cataluña. Y a los dos se les rompió la confianza que nunca tuvieron.

Se notaba en el ambiente parlamentario. En La Moncloa están en el tercio del desgaste a Feijóo. Con el mantra de siempre: el PP no cumple la Constitución. Y uno nuevo: no está capacitado para liderar.

Y en el PP se la devuelven criticando sus alianzas. ¿Quién es rehén de quién? ¿Quienes quieren derribar el régimen (Bildu) o conspirar contra la Constitución (ERC)?

Se esperaba del ministro Bolaños que, después de haber quedado como el mentiroso de la negociación, ayer se hubiera mantenido más prudente. Pero su misión le empuja a la gloria de la descalificación. Le preguntó Vox pero él respondió a «la derecha antisistema» que son, en su opinión, Vox y el PP. Y un piropo a Feijóo: «Su liderazgo está tocado. Es ya un nuevo líder fallido en el PP». La ruptura de la negociación para renovar el Poder Judicial, sin embargo, ha recibido una masiva aprobación de los afiliados del PP. Eso dicen sus encuestas.