Editorial-El Correo

  • Sánchez no puede seguir callado tras el esperpéntico espectáculo de la ‘fontanera’ del PSOE, aprovechado por Feijóo para movilizar las calles

Leire Díez impartió ayer en directo un curso acelerado de bajos fondos. En medio de una enorme expectación, la comparecencia convocada por la ‘fontanera’ del PSOE para lavar su imagen se convirtió en un espectáculo bochornoso, rematado por algunos de los personajes más siniestros de la actualidad política. La irrupción del comisionista Víctor de Aldama, considerado el «nexo corruptor» del ‘caso Koldo’ y presuntamente implicado en el fraude de los hidrocarburos, obligó a Díez a poner pies en polvorosa sin haber aclarado nada, más allá de intentar desvincular de sus enredos al partido del que se acaba de dar de baja. Lo hizo escoltada por Javier Pérez Dolset, investigado por desviación de subvenciones públicas y «amigo». Un forcejeo entre ambos empresarios puso el punto y seguido a un esperpento que exige transparencia a voces. Pedro Sánchez no puede seguir callado ante lo que es un escándalo, aprovechado por Alberto Núñez Feijóo para movilizar las calles.

El circo montado por la ‘fontanera’ se desarrolla en tres pistas. En la primera, Leire Díez buscó el salto mortal en su rueda de prensa sin preguntas. Intentó justificar sus chuscas intrigas en busca de trapos sucios a mandos de la UCO que investigan al entorno de Sánchez, como indagaciones sobre «los estragos del falso patriotismo» y la trama de hidrocarburos. Lo más grotesto fue confesar que tiene un ‘pendrive’ con casos judiciales ajenos al PSOE y que lo entregó en la sede socialista la víspera.

En esta segunda pista, Leire Díez rindió cuentas a puerta cerrada. El PSOE se equivocaría si cree que el problema creado por la ‘fontanera’ termina al darse de baja como militante. Ya no tendrá necesidad de expulsarla, sancionarla o suspenderla. Pero lo más dramático para los socialistas es que ni Sánchez ni la dirección del partido han dado una respuesta solvente sobre las andanzas de quien entraba en Ferraz y ocupó cargos en dos empresas dependientes del Gobierno. Emiliano García Page fue el único ‘barón’ en plantear un salto sin red: adelantar las elecciones generales para evitar «arrastrar» a los territorios.

Feijóo está en su derecho de usar la «indecencia» del PSOE en la manifestación del domingo en Madrid, tercera pista. Pero aferrarse al despropósito de Díez y a las bravatas de Aldama revela la incapacidad del líder del PP para presentar una moción de censura a Sánchez. En este endiablado contexto, urge ventilar el olor a azufre dejado por la ‘fontanera’ en la política.