El ser humano no es animal de naturaleza conductista es evidente. Los errores cometidos no le dejan huella en la memoria para evitar su repetición en el futuro. Si el animal es socialista y catalán, con más motivo. El PSC ya suscribió un pacto electoral con Esquerra Republicana que duró siete años cumplidos. Aquel desastre solo sirvió para que Maragall se embarcase en un Estatut que los nacionalistas no querían y para que a los pocos días Josep Lluís (Aquí y en China) Carod Rovira se entrevistara en Perpiñán con dos terroristas tan cualificados como Josu Ternera y Mikel Antza.
Aquello ya era per se grotesco en enero de 2004, pero comparado con el encuentro que los socialistas han mantenido con los republicanos este mismo jueves su recuerdo se reviste de aspectos épicos, el abrazo de Vergara o qué sé yo, tal vez la rendición de Breda. Fue una reunión a tres bandas: PSOE, PSC y ERC, un guateque friqui al más alto nivel de que son capaces las partes contratantes: por la socialista, la número 2, Nini Lastra y el número 3, José Luis Ábalos, y con eso está todo dicho en cuanto al nivel. ERC, nobleza obliga, quizá para no humillar más de lo necesario a los sanchistas, ha delegado en Gabriel Rufián, acompañado por Marta Vilalta, vicesecretaria general de los golpistas, lástima que el ‘exilio’ impida la presencia de Marta Rovira, que es la secretaria general y la cárcel la del presidente Junqueras. Josep Mª Jové, el imputado de la moleskine. En representación de los socialistas locales, Salvador Illa, el muñidor de los once pactos que el PSC y ERC mantienen en otros tantos ayuntamientos catalanes.
Ahora hagan memoria, o si no, revisen los periódicos y déjense llevar por el espanto, pensando que esos tipos y tipas van a dar el visto bueno al Gobierno que ya han pergeñado Pedro y Pablo y que va a ir corrigiendo todas las afirmaciones previas de Sánchez. Ahora nos hemos enterado de que Cataluña padece un conflicto, no un problema de convivencia, que es una nación (¿tú sabes lo que es una nación, Pedro? Le preguntó Patxi López en las primarias) en una España plurinacional, que viene a ser lo que antes llamaban una nación de naciones. El acuerdo institucional, al que se refería Carmen Calvo, otra que tal, viene a ser el pacto de igual a igual, de Gobierno a Gobierno, que reclamaban los republicanos. Parece muy probable que esto, como la autodeterminación, no se vaya a concretar hasta después de la investidura y que hasta entonces tengan que conformarse con una promesa de las que Sánchez se olvida al cuarto de hora de formularlas. El problema de Esquerra es que si no humilla lo suficiente a España, JxCat los va a crujir y puede ganarles si Quim Torra Lliure decide (o tiene que) adelantar las elecciones.
Como todo se pega, el PSC también se ha puesto reivindicativo y exige a Sánchez algún ministro catalán para sustituir a Borrell, que en la práctica era madrileño y Esquerra no lo tragaba. Y las presidencias de las cámaras, claro. Los actuales entonan bien: Meritxell, con la portavoz Lastra y la vicepresidenta. Y en el Senado, Manuel Cruz, es un plagiario nivel doctor Sánchez. Todo está a juego.