EL MUNDO, 26/02/14
VICTORIA PREGO
Fue un debate imposible porque hablaron en planos distintos y no se encontraron. Rajoy se ciñó a lo largo de todo su enfrentamiento con Rubalcaba a la esperanza que permiten abrigar los datos de la economía para llamar al optimismo de los españoles. La situación ha cambiado y va a mejorar, fue su mensaje.
Rubalcaba se fajó, por el contrario, en la denuncia de los recortes aplicados en estos dos años por el Gobierno, en una intervención que en su primer tramo resultó un mitin izquierdista de los de libro. Fue más bien algo parecido a un discurso en un mitin de campaña para las elecciones europeas. Luego entró a discutirle a Rajoy su discurso económico y ésa fue su perdición. Cada vez que el presidente tomó la palabra en los turnos de réplicas y dúplicas no perdió la ocasión de recordarle al líder de la oposición que la situación que hemos padecido y aún padecemos tiene su causa directa en la política económica que practicó el Gobierno socialista del que Rubalcaba fue vicepresidente.
Una y otra vez recordó Rajoy a Rubalcaba que el mayor ataque a la pobreza y a la igualdad de los españoles son el paro y la mengua de los ingresos públicos. Y ese ataque lo protagonizó con todos los peores pronunciamientos, insistió una y otra vez el presidente, el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero. Fue una manera de intentar zanjar por la vía directa los intentos del líder de la oposición de examinar los recortes decididos por este Gobierno. A cada reproche vino un memorándum de las deudas dejadas por el Gobierno al que Rubalcaba perteneció.
Por lo demás, el resto de las cuestiones planteadas en el debate tuvo mucha menos fuerza porque Rajoy no entró en ellas. Ni habló de Educación, ni habló de Sanidad salvo para recordar que los socialistas habían dejado una deuda de 16.000 millones de pesetas en el sector. Y no dijo ni una sola palabra de la Ley del Aborto, a pesar de que Rubalcaba la esgrimió repetidamente. Y lo hizo como argumento para apoyarse en un mantra que no tiene sitio lugar en la Europa de hoy: son ustedes de derechas y la derecha, por definición, es mala y cruel. Según el líder socialista, «la derecha» ha utilizado la crisis como pretexto para acometer lo que siempre ha deseado pero nunca hasta ahora se atrevió a hacer: ir contra los débiles, aplastar a los pobres. Este razonamiento es propio de los tiempos de la Inglaterra de Charles Dickens y es del todo ajeno a la sociedad española, que no se divide entre los buenos, la izquierda, y los malos, la derecha. Esto habrá gustado al electorado de IU, pero no está a la altura de un político de la talla de Rubalcaba.
Un asunto quedó en el aire en la intervención de Rajoy. A propósito de Cataluña, dijo: la Constitución se puede reformar. Podría ser una propuesta de negociación dirigida al PSOE o a la misma CiU, pero también puede no ser más que una consideración genérica. Habrá que despejar esta incógnita.