EL MUNDO 24/12/12
Pérez Gabarain: «El partido humilla al que arriesgó su vida y premia al que no hizo nada»
José Antonio Pérez Gabarain, ex alcalde de Andoain y ex senador, abandona el PSE-EE, en el que milita desde 1993 y adonde llegó procedente de Euskadiko Ezkerra. A sus 68 años, y tras más de 40 de compromiso político, deja la militancia, «desengañado» con el partido, con su «falta» de democracia interna, con sus dirigentes (en España y en el País Vasco) y con la estrategia que sigue el PSE respecto a la izquierda abertzale. Acusa a su organización de «darle oxígeno» al negociar con Bildu en la Diputación de Guipúzcoa y en los ayuntamientos.
Quien se enfrentó durante décadas a ETA desde el Consistorio de una de las localidades más castigadas por el terrorismo y vio caer asesinados a su amigo y funcionario del Ayuntamiento, el jefe de la Policía Joseba Pagazaurtundua, y al columnista de EL MUNDO José Luis López de Lacalle, rechaza el «giro» de la política socialista y los apoyos que su partido presta a quienes vulneraron repetidamente la ley y apoyaron a la banda. Desconfía del fin de ETA y reclama fortaleza al Estado de Derecho para acabar de una vez por todas con la banda terrorista.
Dos son las razones fundamentales que Pérez Gabarain invoca en el escrito que próximamente hará publico y en el que comunica su intención de darse de baja como afiliado del PSE, partido por el que «no se siente representado». Una, el anquilosamiento del aparato socialista a todos los niveles y la urgente necesidad de democratizar la organización con listas abiertas para todos los órganos del partido. Y dos, la rapidez con la que el PSE ha asumido un nuevo tiempo político sin ETA y su mano tendida a la izquierda abertzale, mientras en ésta «siguen mandando los mismos comisarios políticos de siempre», que a su juicio no han cambiado lo suficiente.
La decisión de Pérez Gabarain, meditada desde hace tiempo, según explica a El MUNDO, coincide en su ejecución con el acuerdo alcanzado el pasado miércoles entre el PSE-EE y Bildu sobre los Presupuestos de 2013 de la Diputación de Guipúzcoa, presidida por Martín Garitano.
«Por discrepar con la manera de gobernar profundamente, dejo la política y me doy de baja como afiliado del PSE. No me siento representado por este partido», concluye el ex cargo socialista en una carta abierta a «afiliados y simpatizantes, ciudadanos y agentes sociales», que empezará a distribuir en breve y a la que ha tenido acceso este periódico. Es su despedida, en la que empieza agradeciendo el apoyo prestado en «tiempos tan difíciles» por los que le eligieron alcalde y senador.
Se lleva mal con la dirección del partido. «Se ha humillado a mucha gente. A los que han dado todo por el partido, incluso a riesgo de su vida, los apartan. Se premia a los que nunca han hecho nada», señala en su adiós, en el que incide en la desorientación que la política actual del PSE hacia la izquierda abertzale está generando entre quienes emigraron desde otras zonas de España y trabajaron para levantar el País Vasco. «[Ellos] no entienden la rapidez con la que se ha conseguido la paz. La política tiene sus tiempos y nos hemos estrellado», asegura. «Eguiguren, con alguno más, ha ido a 200 kilómetros por hora, en vez de ir a 120», añade en conversación con este periódico.
«Nuestra gente no entiende cómo se están negociando en Diputación y ayuntamientos tasas, precios públicos y presupuestos, dando oxígeno a quienes colaboraron con el terrorismo», mientras «siguen mandando los mismos comisarios políticos de siempre, que no han hecho el recorrido democrático para estabilizar este país», explica en su nota.
«Las recetas para acabar con la lacra del terrorismo y consolidar la paz son respetar el Estado de Derecho, los derechos humanos y la aplicación de la ley», señala. Y pronostica: «Una organización terrorista con tantos presos no cierra la persiana fácilmente. Seguiremos escribiendo ríos de tinta». Y es que Pérez Gabarain, partidario de tender la mano a quienes de verdad quieran reinsertarse, se muestra escéptico con los presos con muchos años de cárcel a sus espaldas, que cree irreductibles. «Ésos no van a cambiar», augura, y reclama un Estado de Derecho «duro, que aplique la ley a rajatabla».
«¿Cómo podemos ir con quien ha colaborado para asesinarnos?», se pregunta, al insistir en una de las dos partes de la denuncia contenida en su despedida.
La otra tiene que ver con la deriva del partido. «Algo estaremos haciendo rematadamente mal cuando en todas las elecciones perdemos apoyos», subraya en su escrito, en el que aboga por recuperar «las señas de identidad» y estar al lado «de los que menos pueden».
El ex alcalde piensa que los socialistas «han perdido la calle» y culpa al aparato y a la «dictadura del partido», que lamina a los disidentes. «La estructura está vieja y caduca, impera el ordeno y mando, todo a dedo. Si discrepas no sales en la foto», afirma en su carta. En ella reclama una renovación de cargos en todos los órganos del PSE y «listas abiertas» para su elección. «Hay que escuchar a la gente», dice, y propiciar una toma de decisiones de abajo a arriba, «no como se hace ahora».