ABC 03/04/17
· La oposición critica a Lord Howard por pedir a Theresa May que actúe en el Peñón como hizo Margaret Thatcher en Las Malvinas
Las líneas maestras de la UE para negociar el Brexit, presentadas el viernes por Donald Tusk, contenían una frase que ha suscitado un gran revuelo en Londres: «Después de que el Reino Unido deje la Unión, ningún acuerdo entre la UE y el Reino Unido será aplicado al territorio de Gibraltar sin el acuerdo entre el Reino de España y el Reino Unido». Un gran gol de la diplomacia española a la británica, que sorprendió fuera de juego al Número 10 y a los ministros Boris Johnson y David Davis, jefe negociador ante la UE. La cláusula da derecho de veto a España sobre cualquier acuerdo futuro sobre Gibraltar y ha enfurecido al ala derecha del Partido Conservador, que considera el Peñón como un símbolo patriótico.
Michael Howard, de 75 años, que lideró el Partido Conservador en los dos años anteriores a la llegada de David Cameron en 2005, caldeó ayer el tono del debate con una extemporánea amenaza de guerra para defender Gibraltar, calificada de «ridícula» por la oposición laborista.
«Hace 35 años, otra mujer que era primera ministra envió una fuerza militar al otro lado del mundo para defender la libertad de otro pequeño grupo de británicos contra otro país hispanohablante. Estoy totalmente seguro de que nuestra actual primera ministra mostrará la misma resolución para defender a la gente de Gibraltar», declaró Howard en una entrevista en Sky Television, incurriendo en una sorprendente comparación con la guerra de Las Malvinas (Falkland para los ingleses).
Lord Howard fue en su día ministro de Trabajo con Thatcher, y de Interior con John Major. Sus palabras han sido contestadas por la oposición. El líder del Partido Liberal Demócrata, el europeísta Tim Farron, tachó la amenaza de absurda: «En unos pocos días la derecha conservadora está convirtiendo a aliados de largo tiempo en enemigos potenciales. En cuatro días los tories han pasado de vitorear el Brexit a la guerra. Todo esto es absolutamente ridículo».
Tom Watson, el número dos del Partido Laborista, un moderado enfrentado a Corbyn, se preguntó «cómo puede ser que tories de primera línea alienten la perspectiva de una guerra en Europa, espero que este no sea el tono que va a tener el Gobierno en las negociaciones [del Brexit]». Sin embargo el ministro de Defensa, Michael Fallon, declaró que «vamos a proteger a Gibraltar en todo este camino».
Theresa May ha sido muy criticada por el ala dura de su partido por no citar a Gibraltar en la carta de seis páginas del miércoles a Tusk, el presidente del Consejo Europeo, con la que activó la salida de la UE. En un afán de enmendar su lapsus, ayer May conversó con el ministro principal del Peñón, Fabián Picardo. La premier le expresó que «el Gobierno del Reino Unido nunca entrará en acuerdos bajo los que la gente de Gibraltar pueda pasar a estar bajo la soberanía de otro Estado en contra de sus deseos, expresados libre y democráticamente».
Los gibraltareños eran muy conscientes de que el Brexit puede modificar la anómala situación del paraíso fiscal, una anacronismo colonial en el corazón de Europa, por lo que votaron masivamente por la permanencia (95,9% de apoyo a la UE, el mayor del Reino Unido). Picardo calificó ayer en la BBC de «absolutamente horrible» la posibilidad de compartir soberanía con España. «Sería como vivir en la tierra de otro».
En los círculos políticos y periodísticos de Londres llamaron también ayer la atención unas declaraciones de Alfonso Dastis, el ministro de Exteriores, a «El País», en las, que rompiendo con la línea que venía manteniendo España, afirmó que Madrid no vetaría la entrada en la UE de una Escocia independiente. El prestigioso «Financial Times» ha calificado las palabras de Dastis de «segundo golpe al Reino Unido», tras el del veto sobre Gibraltar. Hasta ahora, en el Reino Unido se daba por sentado que España, Italia y Bélgica impedirían la entrada en la UE de una Escocia independiente, para no dar alas a sus pulsiones separatistas domésticas.
«Clavar la bandera»
La prensa británica suele celebrar el tono más reservón en el tema gibraltareño del nuevo ministro respecto a su predecesor García-Margallo, quién logró avivar el debate sobre la posibilidad de una cosoberanía española y tuvo eco en Gran Bretaña con su amenaza de «clavar en el Peñón la bandera española».
Si durante las negociaciones del Brexit la UE mantiene la cláusula que concede capacidad de veto a España en Gibraltar, May se verá ante una tremenda disyuntiva. Podría verse forzada a elegir entre un buen acuerdo comercial con los Veintisiete o primar los intereses del pequeño Gibraltar, muy simbólico para los británicos, pero de solo 30.000 habitantes.
El principal periódico dominical británico, «The Sunday Times», reconocía ayer que el movimiento de la diplomacia española ante la UE en relación a Gibraltar soprendió en la inopia al Número 10 y al Ministerio de Salida de la UE. «Los españoles actuaron a nuestras espaldas», alegan fuentes anónimas del Gobierno citadas por el periódico.
Lo sucedido muestra también una cierta descoordinación entre los ministerios. Picardo hizo lobby ante el Foreing Office de Boris Johnson para que la carta de May a Donald Tusk citase a Gibraltar. Pero el Ministerio de Exteriores fue apartado del tema y se hizo cargo el de Salida de la UE, que decidió no referirse a Gibraltar en la misiva. El error se intenta subsanar ahora con guiños patrióticos de apoyo firme al Peñón. Johnson lo expresó con soniquete épico: «El Reino Unido permanece implacable y como una roca en su apoyo a Gibraltar».