Un fiasco descomunal

IGNACIO MARCO-GARDOQUI-EL CORREO

Este Gobierno tiene serias dificultades cuando se enfrenta a problemas de gestión. Lo vimos en la pandemia y lo vemos ahora, con la energía. Es evidente que regularla es una cuestión extremadamente compleja. Pero de ahí a que diseñe un plan para rebajar el precio de la electricidad, que ha necesitado casi tres meses para que Bruselas lo entienda y lo acepte, y que nada más implantarlo suba en lugar de bajar, es realmente sorprendente. El Ministerio para la Transición Ecológica (por ahora no está claro hacia dónde transitará…) dice que se han concitado en contra del mecanismo una serie de circunstancias extraordinarias. La primera de ellas es la ola de calor. ¿Nadie se había dado cuenta de que en verano acostumbra a hacer calor, que las llamadas olas son cada vez más frecuentes y extremas, y que los anticiclones profundos acostumbran a parar el viento? ¿Nadie había reparado en el ministerio que las costumbres sociales hacen que los consumos máximos de electricidad se hayan trasladado desde el frío de los inviernos hacia el calor de los veranos? Dadas las fechas en las que nos encontramos, ¿esto es algo habitual o es tan extraordinario que no se pudo prever a lo largo de los meses de estudio y negociación que ha empleado el ministerio para pactar el mecanismo? Pues va a ser que, además de una mala gestión, este Gobierno tiene muy mala suerte.

Supongo yo que esto ha sido solo un fracaso (otro) que le ha explotado en la cara al Gobierno, pero de carácter temporal, y que las bajadas de precios de la electricidad aparecerán pronto, aunque no será fácil que sean del tamaño que nos vendió la señora Ribera. Esto de intervenir en la fijación de los precios es siempre complicado. De momento esto no sirve y , encima, ha sido necesario establecer más controles en los intercambios con Francia y Marruecos para evitar que sean ellos quienes se beneficien del mecanismo. Así que, de momento, un fiasco importante que nadie sabe explicar con claridad. Y lo que no se sabe explicar es porque no se entiende. Se lo digo por experiencia propia, pero ahora me refería al propio ministerio, que va dando tumbos sin sentido.