Editorial, EL CORREO, 27/5/12
El Gobierno López debe despejar dudas políticas y financieras con un adelanto electoral
La legislatura autonómica está virtualmente agotada. En el plazo de unas semanas finalizará el período de sesiones, cuando ya los partidos políticos –comenzando por los propios socialistas– se aprestan a afrontar los próximos comicios. La voluntarista reiteración de que «Euskadi no necesita elecciones sino soluciones» por parte del lehendakari López carece de sentido, puesto que su Gobierno no se encuentra en condiciones ni políticas ni financieras de ofrecerlas. La nueva caída de la recaudación ha venido a confirmar que las instituciones vascas se verán obligadas a proceder a un nuevo ajuste presupuestario de cara al segundo semestre del año. En tales circunstancias prolongar en situación de precariedad parlamentaria la legislatura hasta la próxima primavera no sería un rasgo de responsabilidad sino de tozudez partidaria. Una de las primeras obligaciones del Gobierno es procurar que la comunidad autónoma afronte el ejercicio 2013 con la máxima estabilidad institucional y un horizonte financiero lo más despejado posible. Algo que difícilmente podría lograr obstinándose en la tramitación de las cuentas para el próximo año, emplazando con sus veinticinco escaños a que le apoyen los demás grupos. Tal supuesto no pasaría de ser un ardid electoralista percibido como tal por el resto del arco parlamentario y por la opinión pública. El lehendakari y su Gobierno tienen la potestad legal de abreviar o no la legislatura y de fijar la fecha de las elecciones. Pero el ejercicio de tal atribución está sujeto el juicio crítico de los demás actores políticos y de la ciudadanía. Lo cual obliga a Patxi López y a su partido a preguntarse si los intereses de la sociedad vasca no pasan por un cierre ordenado y a tiempo de la legislatura para, tras un 2012 aciago, propiciar que el próximo ejercicio sea dispuesto desde una Cámara renovada. En este sentido ni siquiera resulta indiferente que la cita electoral sea en octubre o en noviembre, puesto que el plazo de un mes puede permitir que quienes cuenten con la mayoría necesaria para gobernar Euskadi inicien su andadura cuanto antes. Mientras tanto, y dado que las cuatro principales formaciones vascas ejercen responsabilidades de gobierno en unas u otras instituciones, es imprescindible que expongan sus previsiones y sus planes inmediatos. No es suficiente con retratarse en relación a los ajustes y reformas que impulsa Rajoy.
Editorial, EL CORREO, 27/5/12