Un Gobierno mafioso y ridículo

JUAN CARLOS GIRAUTA-ABC

  • Sánchez, no tienes talla moral, no conoces la sutileza, no captas las señales y solo te vales de la amenaza

Ferrovial está decidida a crecer, crecer y seguir creciendo; espectaculares contratos en infraestructuras la avalan. Nada más normal que ir a buscar capital a la primera Bolsa del mundo. Nada más justificado que liberarse de las ataduras de este Estado opaco, jurídicamente inseguro, poco fiable, incumplidor, ocupado en destruir la clase media, engordar el empleo público y aplastar a los autónomos. Entregado al castigo y caricaturización de los segmentos dinámicos de la población y a la promoción de los parasitarios. Dispuesto a imitar a Venezuela y Argentina en la glorificación de las paguitas. Sin ambiciones que no sean la supervivencia de sus gobernantes de turno, malversando el poco prestigio internacional que nos quedaba, haciendo el ridículo en el Magreb, donde Marruecos tiene agarrado por las partes blandas a nuestro autócrata en construcción.

No pretendo que un Gobierno de incompetentes, que castiga a los generadores de riqueza y desea la triste dependencia del personal, entienda la lógica y los axiomas de las inversiones directas. Todos los que pudieran estar pensando en invertir en España son hoy mucho más proclives a descartarlo que antes de que el Gobierno Corleone empezara a amenazar a la multinacional española (por poco tiempo). El axioma lo pilla cualquiera, salvo la mafia: si levantas una barrera de salida, levantas una barrera de entrada. La mafia lo ve de otro modo, ahí está el sanchismo: ese Del Pino va a sentirse acorralado, va a comprender el coste personal que supone enfrentarse a nuestros deseos. Mafia, pero de paletos crecidos, de macarras de sauna venidos a más, de horteras vendeburras. La gente seria se ríe de vosotros, Sánchez. ¿Quién te has creído que eres, plagista, maniquí de El Corte Inglés? No tienes talla moral, no conoces la sutileza, no captas las señales y solo te vales de la amenaza, el autoritarismo y la arbitrariedad.

Como cuando tu chico de Comunicación veta a ABC en los viajes oficiales. Es un delito y algún día lo pagaréis. Como cuando la subalterna que finge presidir el Congreso de los Diputados destruye pruebas para que no se os vea la trama de los diputeros. Es un delito y algún día lo pagaréis. Experimentáis una ‘hybris’ de gañanes, de aquí mando yo. Tú solo mandas sobre quienes te tienen miedo. En cuanto saltes del poder tras las elecciones generales serás un mal recuerdo, luego una anécdota chusca, luego un chiste, luego nada. Eso sí, te has hinchado como la rana de la fábula mientras gozabas de una presidencia y una propina. Esta te la regaló Rajoy, la otra la obtuviste largando en campaña lo contrario de lo que ibas a hacer, pactando con la canalla filoetarra y poniéndote al servicio del golpismo catalán: te tragas las vejaciones de la peor escoria de España, el catalanismo político, con su analfabetismo funcional (tan familiar a ti), su supremacismo y su índole intratable.