TEODORO LEÓN GROSS-ABC

  • La política no es cine. Y en Moncloa hacen buenas películas, pero malas leyes. Habría sido preferible al revés

PRODUCCIONES Moncloa ha difundido la nueva película de Pedro Sánchez, que quizá Eric Rohmer titularía ‘Fin de mes a media tarde’. En este episodio Sánchez comparte las dificultades de la juventud salario minimista, léase mileurista, con la mirada protectora y serena de quien ha hecho algo bueno por ellos dejándoles una España mejor. No tiene la ‘joie de vivre’ de su anterior película, La Partida de Petanca, donde exhibía el triunfo sobre la edad, pero en este montaje hay más talento, con el relato simbólico del ‘atrezzo’ de rosas socialistas y pastas pequeño burguesas. En otras películas recientes, como Una Librería en Barcelona y El Ladrón de Bicicletas, Sánchez sumaba méritos como para llevarse un Goya, con los andares de Gary Cooper en ‘Solo ante el peligro’ y la bonhomía de Spencer Tracy. Por demás, cumple con los requisitos de una buena producción subvencionada y una militancia sin reparos.

Todo esto, más allá de las humoradas por los vídeos con actores de carnet, irónicamente forma parte de un programa para humanizar a Sánchez. En el gabinete de Presidencia se trabaja desde hace semanas, con datos sin cocinar del CIS, para contrarrestar su gélida falta de empatía; tanto que allí dicen de él que mea hielo. Claro que tal vez humanizaría más a Sánchez comprometerse con los problemas de los ciudadanos y decir la verdad. Ante el deterioro de la sanidad, en lugar de tender la mano al PP para un Pacto de Estado, proclama que sólo cabe sanidad universal digna y gratuita con la izquierda, y con la derecha que se muera quien no pueda pagársela. Impúdicamente, su portavoz señala a las cinco «comunidades del PP». Va de suyo que sólo buscan soluciones a su problema electoral, no soluciones al problema sanitario. Al parecer éste no importa tanto como para renunciar a embarrar todo bajo la demagogia partidista. Con esa estrategia sectaria politizando el malestar sólo terminarán por dar la razón a Ayuso redimiéndola de sus errores de gestión.

La política no es cine. Y en Moncloa hacen buenas películas, pero malas leyes. Habría sido preferible al revés. Al país le habría ido mejor ahorrándose la Ley del Sólo Sí es Sí con las rebajas de condenas; la Ley de la Infancia, con el colapso del populismo punitivo; los errores de la Ley Trans, falsos autónomos… o ahora el bofetón del Tribunal Supremo certificando que han debilitado al Estado con la sedición y ni siquiera han sabido cumplir su pacto con los golpistas de 2017 por la enésima chapuza legislativa con la malversación. Demasiada chapuza legislativa. No hay vídeos publicitarios que puedan blanquear este descrédito de la socialdemocracia. Y no es que Olof Palme o Willy Brandt, Felipe o Mitterrand, nunca se hubieran hecho esos vídeos, como tampoco ahora Scholz o Costa; sino concebir la gestión de la sanidad, la educación o la justicia como propagada. Eso sí, a diferencia de Sánchez, ninguno de ellos hizo méritos para ganar un goya.