EL CORREO 01/10/13
La izquierda abertzale activó Herrira tras su apuesta por las vías pacíficas para romper con sistemas anteriores
«Estos no son Gestoras». Con esta frase identificaba hace dos años un dirigente de Sortu a la entonces recién constituida Herrira. La plataforma de apoyo a los presos nacía en febrero de 2012 tras la estela del giro político que supuso para la izquierda abertzale la ponencia ‘Zutik Euskal Herria’ y la asunción de las vías exclusivamente políticas. Con Bildu, EH Bildu y Amaiur en las instituciones y Sortu en camino hacia su legalización, el movimiento independentista decidió recomponer su estructura de respaldo a los reclusos de ETA.
Las sucesivas ilegalizaciones de Gestoras pro Amnistía y de Askatasuna habían dejado en manos de Etxerat, organización de los familiares de presos, toda comunicación con los internos de la banda. La apuesta por Herrira pretendía, según los dirigentes abertzales, «amoldar» la nueva asociación a los principios que rigen la actividad de Sortu. Sus principales representantes, como su portavoz, Jon Garay, uno de los detenidos ayer, se atrevían, incluso, a realizar declaraciones en público que poco tenían que ver con los pronunciamientos habituales de los representantes de los reclusos.
En una entrevista publicada por este periódico a comienzos de año, Garay se mostraba a favor de que los presos de ETA hicieran «gestos hacia las víctimas» y generasen «empatía» en la sociedad vasca. El portavoz de Herrira abogaba, incluso, porque los internos asumieran las vías individuales para lograr beneficios penitenciarios.
Los dirigentes de la agrupación ayer decapitada ofrecían una cara amable, alejada del perfil que marcaban los representantes de Gestoras y Askatasuna en las décadas de los noventa y comienzo del actual siglo. Incluso, algunos de sus miembros reconocían, siempre en privado, la dificultad para que se asumiera en las cárceles el ideario que ya habían interiorizado los dirigentes y las bases de la izquierda abertzale. «Los presos necesitan tiempo», reconocían para justificar que los reclusos se negaran a aceptar la legalidad o los pronunciamientos sobre el daño causado que sí habían llevado a cabo los líderes de Sortu.
La plataforma se puso, no obstante, al frente de las movilizaciones en contra de la actual política penitenciaria y de la ‘doctrina Parot’. Además de organizar las multitudinarias manifestaciones que cada comienzo de año exigen en Bilbao el final de la dispersión, han llevado a cabo varios viajes por Europa para intentar granjearse el apoyo de partidos e instituciones de la Unión Europea.
Herrira también coordinó la salida de prisión de Josu Uribetxebarria Bolinaga, preso de ETA excarcelado por sufrir un cáncer terminal. A las puertas del hospital le esperó Jon Garay para trasladarle a su domicilio. Fue, según dirigentes de Sortu, el momento más delicado para la plataforma, que ha vivido en primera persona las presiones de los familiares de los reclusos, que esperaban una rápida salida de prisión de los internos de ETA.