EL CORREO 22/08/14
· Vincula el ataque en Loiu con la situación de los presos etarras enfermos
La quema el miércoles de cinco autobuses en la localidad vizcaína de Loiu fue un acto de kale borroka que ayer reivindicó un grupo disconforme con la estrategia de Sortu. En el comunicado, vincula el incendio con la situación de los presos de ETA enfermos, un mensaje que también dejaron en unas octavillas en las cercanías del aparcamiento donde se encontraban los autocares. Sortu rechazó ayer mismo el ataque, que condenó tajantemente el Gobierno vasco. Un comunicado, sin firma, vincula el sabotaje con la situación de los presos de ETA enfermos
El incendio, el pasado miércoles en la localidad vizcaína de Loiu, de cinco autobuses de una empresa privada que da servicio a varias líneas de Bizkaibus fue un acto de kale borroka. Un grupo disconforme con la actual estrategia de Sortu reivindicó ayer el sabotaje y lo vinculó a la situación de los presos enfermos de ETA, a los que el Gobierno de Mariano Rajoy no ha concedido la libertad ni el traslado a cárceles cercanas al País Vasco. Los radicales justificaron esta acción de violencia callejera porque no piensan quedarse «mirando al cielo» mientras no mejore la situación de los reclusos.
Los investigadores de la Ertzaintza, que han trasladado el caso a la Audiencia Nacional –el juez Fernando Andreu ha abierto un sumario para esclarecer este suceso–, tratan de averiguar quién está detrás de este ataque, aunque ya no tienen dudas de que la autoría corresponde a movimientos vinculados históricamente con la izquierda abertzale. El sabotaje se registró a las cinco de la mañana del miércoles cuando un vecino alertó a la Policía autónoma «tras escuchar varias explosiones» en la explanada donde estaban aparcados cinco vehículos de la empresa Autocares de Lujua. Las llamas se extendieron rápidamente por los autobuses, que quedaron completamente calcinados. Los bomberos necesitaron dos horas para dar por extinguido el incendio. Las pérdidas para la compañía se calculan en «más de un millón de euros».
La confirmación de la reaparición de la kale borroka se produjo a primera hora de la tarde de ayer. Un comunicado en euskera remitido a EiTB por e-mail reivindicaba la acción. El texto, que no lleva firma, aludía a la situación de los reclusos etarras y acababa con una frase idéntica a unas octavillas, también escritas solo en lengua vasca, que los agentes que cubrieron el suceso de Loiu encontraron en las cercanías: «Preso gaixoak etxera» (Presos enfermos a casa). Un detalle que no había trascendido y que dio credibilidad a la reivindicación.
Los autores de este episodio de kale borroka, el de mayor envergadura desde que en 2010 la antigua Batasuna asumiera las vías exclusivamente políticas y rechazara la violencia, aseguran que, aunque ETA ha puesto fin a su actividad armada, la situación de los presos ha empeorado. Advierten, en este sentido, que la actual política penitenciaria está diseñada para castigar a los presos y que «en la medida en que son militantes» supone castigar a todo un movimiento político.
Aluden, además, a la muerte en prisión de tres militantes de ETA –en referencia a Xabier López Peña, ‘Thierry’, Anjel Figeroa y Arkaitz Bellón– y citan los nombres de diez reclusos enfermos de la banda terrorista cuya puesta en libertad exigen. Los saboteadores ofrecen detalles de su acción y explican cómo colocaron un artefacto en cada transporte para aumentar los daños.
Fuentes policiales reconocieron a este periódico su preocupación por el tono que destila el texto, al considerar que deja la puerta abierta a nuevos ataques de violencia callejera. Los investigadores, que por el momento se aferran a la cautela hasta que no avancen las pesquisas, se muestran no obstante bastante sorprendidos por el ‘modus operandi’. En primer lugar por la virulencia del sabotaje,
que ha provocado graves daños. Pero también porque se trata de la primera ocasión desde 2010 en que una acción violenta de este tipo «no es una reacción» a algún suceso previo, como ocurrió en abril del año pasado cuando se quemaron contenedores en Getxo, Basauri y Galdakao tras el fallecimiento en prisión del dirigente de ETA ‘Thierry’. Otro detalle que ha llamado la atención es que haya habido una reivindicación de la autoría, en un gesto nada habitual que daría a entender la voluntad de este grupo de radicales de continuar con la kale borroka a pesar de que la izquierda abertzale se haya desmarcado de esos métodos. Ayer, de hecho, Sortu emitió una nota de prensa en la que «rechaza» este ataque y reitera que estos comportamientos quedan «totalmente fuera de la estrategia de la izquierda abertzale».
El Gobierno vasco también difundió un comunicado en el que manifiesta «su repulsa y condena más clara ante cualquier forma de reaparición de la violencia» y subraya que «el uso de la violencia con fines políticos sólo ha traído injusticia y sufrimiento a esta sociedad». El Ejecutivo autónomo exige un gesto de «condena explícita» a quienes «en el pasado no lo hicieron», en alusión a Sortu, y a las «organizaciones cuyas reivindicaciones en materia de presos coinciden de manera prácticamente literal con el comunicado de reivindicación».
«Se trata de gente que se les han salido del redil», sostenía ayer una fuente conocedora de las investigaciones emprendidas, que aludía a que los autores de este sabotaje pertenecen a lo que históricamente se ha conocido como el entorno de Batasuna. Desde hace meses, las Fuerzas de Seguridad del Estado mantienen abiertas varias líneas de investigación al haber advertido la existencia de grupúsculos que abogan por el regreso de la violencia. Uno de ellos es Ibil (Iraultzaileen Bilguneak-Núcleos revolucionarios), como ya informó este periódico en abril pasado. Aun careciendo de la infraestructura necesaria para actuar en la clandestinidad y con poco más de un centenar de simpatizantes, este colectivo cuestiona la línea oficial de la izquierda abertzale y aboga por llevar a cabo acciones violentas para forzar al Gobierno de Mariano Rajoy a que dé pasos en favor de los presos y de una negociación con ETA. Las fuentes oficiales consultadas no tienen aún datos que vinculen a este grupo con la quema de autobuses en Loiu.