EL PAÍS 24/10/16
· Cientos de personas ingresan a la fuerza al Palacio Legislativo para impedir una sesión especial en la que se discutiría un juicio político contra el presidente Nicolás Maduro
Grupos chavistas han tomado por asalto este domingo la sede del Parlamento venezolano mientras se desarrollaba una sesión especial para discutir un juicio político contra el presidente Nicolás Maduro, después de que el Consejo Nacional Electoral (CNE), controlado por el oficialismo, dejara en suspenso la celebración de un referendo revocatorio contra el mandatario. Los graves incidentes son un peldaño más en la escalada de violencia que sufre el país y en la guerra de poderes entre el Ejecutivo y la Asamblea Nacional. La oposición pidió el respaldo de la comunidad internacional.
El vicepresidente de la Asamblea Nacional, Enrique Márquez, se dirigía a la plenaria cuando se escuchó el vocerío de la turba que pretendía ingresar a la sala de sesiones. De inmediato Capitolio TV, el canal por Internet del Parlamento interrumpió la transmisión para cubrir lo que ocurría en los jardines del Palacio Federal Legislativo: una turbamulta con la iconografía que distingue al chavismo y con banderas del oficialista Partido Socialista Unido de Venezuela, gritando consignas y destruyendo lo que encontraba a su paso.
Pero fue en el salón protocolar, donde sesionaba la antigua Cámara de Senadores, donde ocurrieron los peores desmanes. El concejal opositor del municipio Chacao, Manuel Rojas Pérez, informó a EL PAÍS que las personas que entraron golpearon a los invitados. Hubo una batalla campal y un cruce feroz de insultos y golpes. Se arrojaron sillas desde los balcones y resultaron heridas varias personas. “Estuvimos encerrados durante varios minutos”, dijo Manuel Rojas.
Pasado el sobresalto, el alcalde del municipio Libertador (centro oeste de Caracas), Jorge Rodríguez, entró a la sede del Legislativo para intentar recoger a sus seguidores. Se le vio elevarse sobre la turba para convencerlos de retirarse. A través de Internet, donde se siguieron los incidentes a falta de una transmisión en directo de la televisión abierta, se escuchaban gruesos insultos contra el presidente del Parlamento y la promesa de que expulsarían a la oposición, que controla esa rama del poder público desde enero “para devolvérsela al pueblo de Chávez”.
Hubo amenazas, tentativas de robo y robos consumados a la prensa que cubría el debate. Osmary Hernández, reportera del canal internacional CNN, informó que un hombre que usaba una gorra de la Misión ‘A Toda Vida Venezuela’, parte de los programas sociales del Gobierno, intentó arrebatarle el teléfono y la cámara marca GoPro con la que había grabado parte del asalto. Dos de sus compañeros se interpusieron entre ella y el agresor para impedir que la robara. La peor parte la llevó el equipo reporteril del canal Globovisión. La turba destrozó una cámara y un equipo necesario para las transmisiones en directo.
A punta de pistola robaron tres chalecos antibalas pertenecientes al canal regional TeleCaribe. La violencia generalizada no discriminó entre preferencias políticas. Parte de los trabajadores de los medios que apoya al chavismo también fueron golpeados en medio del caos provocado porque la Guardia Nacional Bolivariana no fue capaz de custodiar el perímetro como en otras ocasiones.
Un antecedente
Hay un antecedente mucho más violento de un asalto a un poder público en Venezuela. El 24 de enero de 1848, en medio de las habituales montoneras producidas en los primeros años de la fundación de la República, durante la presidencia de José Tadeo Monagas, se produjo el asalto al Congreso que marcó la ruptura entre Conservadores y Liberales. Hace casi dos siglos también intentaban enjuiciar al presidente Monagas por gobernar sin atenerse a la Constitución de la época.
Ese recuerdo fue invocado por el vicepresidente Enrique Márquez cuando, una hora después, después de que los chavistas fuesen desalojados por completo, se reiniciara el debate. La intervención del presidente del Parlamento, Henry Ramos, culminó esta histórica sesión. No solo por la inesperada incursión de las hordas que apoyan al gobierno, sino por los acuerdos aprobados.
Venezuela parece aproximarse a grandes zancadas a una decisión definitiva sobre su conflicto político. El Parlamento ha aprobado discutir en su próxima sesión del martes lo que han llamado en el acuerdo votado “la situación constitucional de la presidencia de la República”, un eufemismo que alude a la posibilidad de que Maduro, que está de gira en Oriente Medio, haya abandonado el cargo. Y después se plantean renovar a las autoridades del Poder Electoral, tanto los tres cargos que fueron nombrados de forma provisoria en diciembre de 2014, como aquellos dos puestos cuyos períodos vencen a finales de año; y nombrar a nuevos magistrados del Tribunal Supremo de Justicia. Ahí está la clave del control del poder en Venezuela.
La oposición también ha reclamado el apoyo de la comunidad internacional ante la situación que vive Venezuela, y la activación de la Carta Democrática Interamericana. El conflicto social y político en el país ha llegado a un punto máximo después de la decisión del CNE de suspender la celebración de un referendo revocatorio contra Maduro, el mecanismo que había impulsado la oposición para recortar el mandato del presidente. Sin referéndum a la vista, la oposición mantiene su apuesta por una manifestación pacífica contra el chavismo, mientras busca nuevos caminos contra el Ejecutivo. La escalada de violencia sigue aumentando.