EL CORREO 08/08/13
· Consideran que desear la muerte del etarra Uribetxebarria es «incompatible» con su cargo como presidenta de la FVT.
«No es lo mismo hablar a nivel personal que hacerlo en base a un cargo que representa a mucha gente». Bajo esta premisa, cerca de un centenar de damnificados solicitarán tras las vacaciones de verano la dimisión de la presidenta de la Fundación Víctimas del Terrorismo (FVT), Mari Mar Blanco, en protesta por unas declaraciones en las que ésta deseaba la muerte del etarra Josu Uribetxebarria Bolinaga.
La iniciativa empezó a gestarse el pasado mes de julio, a las puertas del aniversario del secuestro y posterior asesinato del concejal del PP en Ermua Miguel Ángel Blanco a manos de ETA. En una entrevista publicada en un diario de tirada nacional, Mari Mar reconoció sentir «odio» hacia los asesinos de su hermano, si bien afirmó que no le «gusta decirlo públicamente» porque «nunca» ha querido trasladárselo a sus hijas ni a los estudiantes a los que se dirige –ofrece charlas en colegios en calidad de víctima del terrorismo–.
Pero lo que más «ha dolido», al menos a parte del colectivo de afectados por el terrorismo, es que, como presidenta de la FVT, deseara la muerte de Uribetxebarria. Condenado a 178 años de cárcel por el asesinato de tres guardias civiles y su participación en el secuestro de José Antonio Ortega Lara, el etarra fue puesto en libertad el pasado 12 de septiembre por decisión de la Audiencia Nacional por padecer un cáncer terminal. «Ya sé que es políticamente incorrecto, pero en mi interior sí la deseo», espetó Blanco.
Las palabras de la exparlamentaria vasca sorprendieron para mal a algunas de las víctimas a las que, cabe recordar, representa como máxima responsable y portavoz de la FVT. La respuesta no se hizo esperar. Un grupo de afectados comenzaron, con la ayuda de Roberto Manrique –superviviente del atentado contra Hipercor– a recabar adhesiones para solicitar formalmente la dimisión de Mari Mar Blanco de su cargo. Hasta la fecha, y tan solo a través del ‘boca a boca’ –no han realizado campaña alguna–, han logrado reunir en torno a noventa firmas, que esperan se vean incrementadas a la vuelta de las vacaciones de verano.
Entre las víctimas que se han sumado ya a esta denuncia figuran Rosa Lluch, la hija del histórico dirigente socialista Ernest Lluch; Iñaki García Arrizabalaga, hijo del delegado de Telefónica en Gipuzkoa Juan Manuel García Cordero, asesinado por los Comandos Autónomos Anticapitalistas, o Juan Fructuoso, hermano del primer guardia civil asesinado por ETA en Cataluña. En la lista se encuentran, asimismo, diferentes víctimas del atentado contra Hipercor, del 11-M, así como Julia Vinaró, una de las supervivientes de un atentado terrorista en Yemen. A nivel asociativo, tan solo el colectivo liderado por Pilar Manjón se ha adherido a esta iniciativa.
Las voces críticas con Mari Mar Blanco consideran «incompatible» sus declaraciones públicas con la responsabilidad que entraña liderar la fundación. «No puedes ir por ahí diciendo que quieras que se muera alguien. A nivel personal, bien, es cosa tuya; pero como presidenta de la FVT, no», censura Manrique. El expresidente de la asociación de víctimas de Cataluña va incluso más allá y recuerda que la afirmación de Blanco «va en contra» de los propios estatutos del colectivo que encabeza. En concreto, del artículo que hace referencia al compromiso de la fundación con la promoción de los derechos humanos.
Nombrada por el PP
La hermana de Miguel Ángel Blanco asumió el pasado mes de octubre la presidencia de la Fundación Víctimas del Terrorismo en sustitución de Maite Pagazaurtundua, que accedió al cargo en 2005. El relevo se empezó a gestar a raíz de que el PP resultara vencedor en las elecciones generales de 2011. Es más, tanto el Gobierno de Rajoy como los populares afirmaron que Mari Mar ofrecía el perfil adecuado para dirigir la organización, lo que dificulta sobremanera un hipotético cese de ésta del cargo, e incluso su más que improbable dimisión.
Además, su nombramiento recibió el visto bueno del Patronato de la FVT, en el que participa el Ejecutivo central a través de cuatro subsecretarios, así como diferentes representantes de las principales asociaciones de damnificados, como la propia Mari Mar Blanco; Ángeles Pedraza, de la AVT; la presidenta de la Asociación 11-M Afectados por el Terrorismo, Pilar Manjón –hasta la fecha la única que ha se ha sumado a la iniciativa en contra de Blanco–; el de la Fundación de Víctimas del Terrorismo, Joaquín Vidal, o Natividad Rodríguez, viuda del político socialista Fernando Buesa.
Los damnificados críticos con la máxima representante de la FVT tienen previsto, en cualquier caso, enviar una carta tras el verano tanto a la fundación como al Ministerio de Presidencia en la que solicitarán la dimisión de Mari Mar Blanco. El resultado es todavía una incógnita, aunque todo apunta a que la baja de la hermana de Miguel Ángel Blanco no se materializará. Ahora bien, el gesto y el malestar de parte de las víctimas resultarán cuanto menos significativo.
EL CORREO 08/08/13