Juan Carlos Girauta-El Debate
  • No se me escapa que la desesperación ha llegado al punto de considerar que Sánchez nunca convocará elecciones. Bueno, bueno, no dudo de que eso le encantaría. Como ilegalizar Vox. Como absorber el Poder Judicial, succionarlo, bebérselo

Como se han encargado de subrayar los inspectores de Hacienda, el sistema de financiación que los abusadores de España han dictado a Sánchez no tiene base, fundamento, ni anclaje legal. Amén de darse de bofetadas con principios consagrados en la Constitución: igualdad de los españoles ante la ley, solidaridad entre comunidades. En esta podredumbre sanchista final (etapa ominosa de la que un día todos sus muñidores, corruptores y corrompidos se desmarcarán, incluyendo a Bolaños, a Montero, a Yoli, a Marlaska, a Pumpido y a Murtra), los descreídos y los hartos insisten en que la ilegalidad nunca ha supuesto un obstáculo para el autócrata y su banda. Es más, como toros obstinadamente abantos, mansos hasta la exasperación del siete, escapan con querencia por lo chungo y se sienten imantados, precisamente, por lo sombrío. Cuánto peor, mejor.. siempre que les perdonen.

Es el caso que impunes no son, aunque se lo crean. Hay que recordárselo al personal, que se desespera enseguida. Uno ha dejado escrito aquí que Sánchez y su banda han dado un golpe de Estado con la inestimable ayuda de Pumpido. El golpe ha consistido en bendecir la ley más anticonstitucional que recuerdan los viejos del lugar: la de amnistía. Además, es una ley que reelabora la historia reciente, el previo golpe de Estado de 2017 en Cataluña, para fabricar paralelismos periféricos con el mentiroso léxico abertzale del «conflicto». Si siguen así, encontrarán «conflicto» en la Comunidad Valenciana, en Navarra por supuesto, en Baleares ni te digo, en Canarias por lo ultraperiférico, en Galicia por los logros de Feijóo en la erradicación del castellano, en León por indiscutible hecho diferencial, en Asturias por aquello de sumarse, y hasta en Teruel por el alpiste. Pudiendo Aragón arrogarse tanto, y sin embargo tan comedido.

La línea de una financiación insolidaria con ruptura o rotura de la caja común y recaudación y gestión de todos los impuestos solo se consolidaría, en toda su ilegalidad, si el personal desesperado tuviera razón. Pero no la tiene. No lo diré dos veces para que a la desesperación no se una el cabreo. Pero síganme con atención. Lo que hagan ahora, por groseramente abusivo que sea, se derogará. Aunque el PP se rilara, que para algo está ahí la nueva derecha, la nueva lealtad a España. Una vez regresados a la legalidad, algunos defenderemos con todo el derecho del mundo una reforma constitucional que acabe con el Estado de Autonomías. Los lerdos, para variar, dirán que eso es fascismo. Como Francia, donde son fascistas todos los partidos, como es sabido. No importa, a palabras necias, programa en TVE. No se me escapa que la desesperación ha llegado al punto de considerar que Sánchez nunca convocará elecciones. Bueno, bueno, no dudo de que eso le encantaría. Como ilegalizar Vox. Como absorber el Poder Judicial, succionarlo, bebérselo. El supuesto poder de Sánchez sobre las leyes es una fantasía de Pumpido, García Ortiz y Marlaska que desaparecerá como lágrimas en la lluvia dorada de una sauna.