Jesús Cacho-Vozpópuli

  • «José Luis nunca pide nada, pero la experiencia ha demostrado que, después de la operación, alguien llama a la puerta para presentar la cuenta»

El 4 de mayo de 2018, el fiscal general de la República de Venezuela, un mandao a las órdenes del dictador Maduro, decretó la intervención de Banesco, el principal banco privado del país propiedad de Juan Carlos Escotet, un venezolano hijo de españoles que aquí preside la sociedad financiera Abanca. Ese mismo día, la policía política del régimen detuvo a 11 miembros de la junta directiva de la entidad, dos de ellos de nacionalidad española por ser hijos de inmigrantes. Se les acusaba de haber favorecido “por acción u omisión” una red de transacciones cambiarias ilegales destinadas a hundir la cotización del bolívar, la moneda venezolana. Que la cosa iba en serio se evidenció enseguida: el presidente de la entidad, Óscar Doval, junto con el resto de ejecutivos detenidos fueron conducidos a la Dirección General de Contrainteligencia Militar (Dgcim) para prestar declaración, no ante un tribunal de justicia ordinario como suele ocurrir en los países civilizados. Escotet, también presidente de Banesco Internacional, que se encontraba gestionando sus asuntos en Galicia, se arremangó de inmediato y se plantó en Caracas arrostrando el riesgo de ser detenido nada más poner pie en el aeropuerto de Maiquetía. Buen conocedor de las tripas de un narcorégimen donde los contenciosos se suelen resolver con dinero, sus gestiones ante el Gobierno de Maduro para liberar a los detenidos resultaron infructuosas. Aquello no iba ni para atrás ni para adelante. Hasta que alguien cercano al régimen le susurró al oído que la puerta adecuada a la que había que llamar era la de José Luis Rodríguez Zapatero, ex presidente del Gobierno español.

ZP se ha convertido en el mayor lobista europeo ante la dictadura venezolana

Y efectivamente, la intermediación funcionó como le habían asegurado. El 24 de mayo, 20 días después de su detención, los ejecutivos de Banesco fueron puestos en libertad gracias a la larga mano de Zapatero en el Palacio de Miraflores. El propio Escotet agradeció la gestión del político español, labor que edulcoró sosteniendo que ZP se había mojado ante Maduro gratia et amore, es decir, que le había salvado el culo a Escotet y su Banesco sin pedir un duro a cambio. Es uno de los secretos a voces del personaje. El socialista se ha convertido en el mayor lobista europeo ante la dictadura venezolana. Cualquier empresa que tenga algún problema con el régimen, tal que la necesidad de repatriar beneficios o cobrar deudas por operaciones comerciales no satisfechas, sabe que él es el intermediario idóneo para resolver el contencioso. Lo llamativo del caso es que José Luis nunca pide nada. No se mancha las manos. No dice esto te va a costar tanto, fulano. Pero la experiencia ha demostrado que, después de cada operación, alguien llama a la puerta del beneficiario para presentar la cuenta. En el caso de los ejecutivos de Banesco, el “cobrador del frac” fue un ex ministro de Asuntos Exteriores socialista con quien Zapatero comparte sociedad. Me lo anticipó en su día un alto cargo de Banesco Internacional, en testimonio que admite pocas dudas: “Escotet pagó el rescate”. Y como tal se lo planteé al propio presidente de Abanca a bocajarro en un almuerzo celebrado hace un par de años en Saddle, antiguo Jockey madrileño, en la calle Amador de los Ríos. Me lo negó sin pestañear, cosa por otro lado perfectamente explicable.

Zapatero, que rechazó incorporarse al Consejo de Estado tras su salida de Moncloa para poder dedicarse sin obstáculos a los negocios, está acumulando una importante fortuna como lobista de referencia ante todos los regímenes de la izquierda totalitaria latinoamericana. En los últimos tiempos su actividad se ha ampliado al enorme caladero chino, con la pretensión de convertirse en uno de los representantes de los intereses de la dictadura de Xi Jinping y de sus empresas, caso de Huawei, ante la Unión Europea, viaje en el que el zangolotino ha embarcado a Pedro Sánchez, que ha viajado repetidamente al país asiático siguiendo el guión que le ha escrito su padre putativo. La banda que nos gobierna, con Zapatero como cabeza de la serpiente, ha venido a hacerse inmensamente rica. ZP ha construido una estructura pantalla para encubrir su verdadera actividad ante el régimen de Pekín. Se llama GATE Center, y se define como un think tank cuyo objetivo es “analizar los cambios globales más relevantes que van a determinar el siglo XXI”. Con una junta directiva en la que participan tres españoles y otros tantos ciudadanos chinos, y un Consejo Asesor cuyo presidente, como no podía ser menos, es el mismísimo ZP, el GATE Center está gestionado por Thinking Heads, “empresa especializada en plataformas de conocimiento”, y ambas están presididas por Daniel Romero-Abreu, personaje que en 2022 se dio a conocer como uno de los inversores del grupo Alconaba que, de la mano de Varela Entrecanales, compró a Telefónica el 7% de Prisa para reforzar la apuesta sanchista del grupo editorial. Como no se le conoce fortuna personal, en el entorno de Joseph Oughourlian, presidente de Prisa, sospechan que el tal Romero-Abreu es uno de los testaferros, uno más, de los que se vale el expresidente socialista para invertir y enmascarar su fortuna.

Zapatero está acumulando una importante fortuna con los regímenes totalitarios

Caben pocas dudas de que el expresidente es parte importante, si no capital, en la orgía de corrupción a la que se ha entregado la organización criminal que se ha hecho fuerte en el Palacio de la Moncloa y que poco tiene que ver con los negocios de calderilla que han puesto a los KoldoÁbalos y Santos Cerdán con un pie en el banquillo y, muy posiblemente, en la cárcel. A Zapatero y a su excrecencia, Sánchez, solo les interesa los negocios al por mayor, todos relacionados con la entrada, con la SEPI como ariete, en las grandes empresas del Ibex 35. Hay quien sostiene que ZP está detrás de la pretendida conversión de Indra, antaño prestigiosa empresa tecnológica de Sistemas de Defensa, en un fabricante de tanques y cañones al por mayor. Algo que explica la ingente cantidad de dinero a ganar en ese 5% de gasto PIB que España tendrá que invertir en su sistema de defensa de acuerdo con los dictados del emperador Trump. Menos sabido es que Javier Escribano, presidente de esa Escribano Mechanical & Engineering (EM&E) que su hermano Ángel, nuevo capo de Indra, pretende absorber en una operación particularmente escandalosa, sigue teniendo en nómina a José Bono, ex ministro de Defensa y ex presidente de Castilla-La Mancha, otra gran fortuna que hasta ahora se ha mantenido, misterios de esta España entre mágica y trágica, fuera de los focos del interés de los medios de comunicación.

Sostiene un rumor extendido que el gran peligro que ahora acecha a quien Mariano Rajoy calificara de “bobo solemne” se llama Víctor de Aldama, señalado como uno de los principales intermediarios en el caso Koldo e investigado por su presunta implicación en una trama de fraude fiscal en el sector de los hidrocarburos. Leído en los medios: ”Aldama se pone a disposición de la UCO para llegar hasta Zapatero: «Es el ideólogo de la operativa para refinar y traer petróleo venezolano a España»”. Según esta versión, el empresario se habría encargado, siguiendo órdenes de ZP —como enlace entre el régimen de Maduro y “ciertos intereses empresariales españoles”— de montar la estructura logística y empresarial para facilitar la llegada de petróleo venezolano a España previa parada intermedia —se habla de República Dominicana— para su refino. Una versión que confirmaría las sospechas que apuntan a Almada como testaferro, uno más, de Zapatero. “No sé por qué este señor [Zapatero] ha hablado mal de mí, porque lo único que he sido yo con él es correcto. Y encima me han pedido que le lleve en mi avión privado de Caracas a Santo Domingo y le he llevado. Entonces, que explique qué hacía conmigo en ese avión». Todo parece venirse abajo cuando se somete la virtualidad de esas importaciones al criterio de los expertos. “Son teorías sin mucha base. El único petróleo venezolano que llegaba a España lo traía legalmente Repsol que, como Chevron, ENI o la francesa Muriel, se cobraba en especie (crudo) las deudas contraídas por PDVSA. Tras el nuevo embargo decretado por Trump, ese petróleo se lo están llevando los chinos. ZP da para mucho, sin duda, pero no es capaz de sacar crudo de Venezuela y, vía un tercer país, cambiar su origen y traerlo a España sin que se enteren los yanquis. Ese crudo, además, es muy pesado y exige tecnología puntera para refinarlo, algo fuera del alcance de Dominicana y no digamos ya de Cuba”.

Espero que podamos verle a él y a su pupilo Sánchez entre rejas

A este Darth Vader de la franquicia española, tipo viscoso y siniestro, ajeno al menor sentido del ridículo, que en 2004 llegó a la presidencia del Gobierno a lomos de unos trenes reventados manchados con la sangre de casi 200 españoles, atentados cuya autoría intelectual este país de cobardes no ha sido capaz de investigar porque, como el avestruz, prefiere no saberlo para no tener que enfrentarse a las consecuencias; este personaje que a partir de entonces se empeñó en reabrir la herida de las dos Españas enfrentadas que creíamos suturada tras la muerte de Franco; esta exaltación de lo simple, responsable en gran medida del referéndum y del golpe de Estado del separatismo catalán del 1-O, este tipo, digo, que desde la sombra viene marcando el camino de iniquidad seguido por el psicópata que nos gobierna desde junio de 2018, acaba de ser condecorado por el Gobierno Sánchez con la Gran Cruz de la Orden de San Raimundo de Peñafort. Ocurrió el jueves, el mismo día que el Constitucional validaba la autoamnistía que el sátrapa se ha concedido tras comprar los 7 votos de Junts para seguir en Moncloa, poder a cambio de impunidad. El BOE del jueves publicaba, en efecto, el Real Decreto 549/2025 concediendo la citada condecoración “a José Luis Rodríguez Zapatero a propuesta del ministro de Justicia, Félix Bolaños”. Ellos se juntan, se premian y se ríen de los españoles. Mancillan las instituciones, se hacen ricos y se mofan de la ciudadanía. Imposible imaginar mayor provocación a la nación, en general, y a los funcionarios de Justicia, jueces y fiscales incluidos, en particular, que ayer sábado se manifestaron ante el Tribunal Supremo para protestar contra los cambios legislativos con los que el monaguillo Bolaños pretende poner definitivamente la Justicia española a los pies de Sánchez. La concesión de esa distinción a un tipo como ZP ha llevado la rabia y la consternación al estamento judicial entero y ahora son muchos los galardonados en el pasado con “la Raimunda” que han iniciado los trámites para devolver la distinción. “Somos varios los que vamos a renunciar a seguir perteneciendo a esa orden. No por Zapatero, al que juzgará la historia y quizás los tribunales, sino por la indecente politización de una distinción que debía premiar solo los méritos en el ámbito jurídico”, ha escrito Antonio Salas, ex magistrado del Tribunal Supremo.

Un acontecimiento menor comparado con la turbamulta de sucesos cuya trascendencia y magnitud ha logrado anular nuestra capacidad de asombro. La concesión de esta Gran Cruz a un indeseable como Zapatero me parece, sin embargo, una muestra palmaria del grado de corrupción ontológica en el que chapotea el sistema, el vertedero moral por la que camina la exdemocracia española entre la aparente indiferencia de millones de ciudadanos que en estos momentos solo piensan en las vacaciones de verano. Nos queda la UCO y un buen puñado de jueces y fiscales. Ellos son los que deberían terminar de desenmascarar a este mantenedor de tiranos enriquecido en ese oscurantismo del que Bono es maestro, un ZP de quien se dice (tramitación de los permisos pertinentes para iniciar la construcción tras haber logrado el enganche eléctrico con una conocida compañía del sector) que acaba de aflorar “tres importantes solares en el distrito de Puerta de Hierro”, uno de los más caros de la capital. Descubrimiento curioso tratándose de un experto como él a la hora de borrar huellas de sus negocios en España. Gonzalo Boye, abogado de Carles Puigdemont y redactor en la sombra de la Ley de Amnistía que Cándido Golpe Pumpido validó el jueves, con quien ZP reconoce haber establecido una profunda amistad, dice que va a ser imposible encontrarle en algún renuncio o desliz económico fiscal en este país, porque ni un duro de los muchos que factura pasa por la península, todo su entramado está construido lejos de España, vía Caracas, Ginebra y Singapur. Con el permiso de Aldama, espero que pronto la UCO sea capaz de ponerlo camino del banquillo y que, más pronto que tarde, podamos verle a él y a su pupilo Pedro Sánchez entre rejas y por muchos años, los que merecen a tenor del mal causado. Así será si la sociedad española alguna vez despierta de la siesta que le mantiene convencida de transitar por el mejor de los mundos cuando vive apenas en una dictadura disfrazada de populismo con paguitas. Si despierta y reclama y exige una reparación histórica a la altura de su dignidad mancillada.