EL MUNDO 31/05/14
· Tumba la exigencia lingüística aprobada por Bildu y PNV en San Sebastián
Una sentencia del juzgado de lo Social número 2 de San Sebastián sentó ayer un precedente interesante para la batalla lingüística en la que están inmersos EH Bildu y el PNV: los aspirantes a conductores de autobús en la Compañía del Tranvía de San Sebastián (Dbus) no deben someterse a una prueba de euskera, como ambos partidos nacionalistas habían acordado exigirles. La juez entiende que no está justificado exigir el conocimiento de la lengua vasca a los chóferes de la compañía municipal –de carácter público– porque «no resulta necesario para el desempeño del puesto de trabajo de conductor, dado que su función no es esencialmente de atención al público o cliente».
El fallo da la razón al sindicato UGT y a su defensa de los trabajadores en un momento en el que el nacionalismo moderado y la izquierda abertzale están dirigiendo críticas furibundas contra la Delegación del Gobierno central en Euskadi, encabezada por Carlos Urquijo, por su supuesto acoso al euskera, al recurrir judicialmente numerosos acuerdos administrativos que parecen exceder los límites legales con el argumento de discriminar positivamente a la lengua cooficial más débil. El Ayuntamiento de San Sebastián, en manos de Juan Karlos Izagirre, de Bildu, fue quien informó ayer de esta sentencia, que recurrirá. A juicio del concejal de Movilidad, Jon Albizu, el fallo supone «un ataque contra los derechos lingüísticos» de los vascoparlantes.Albizu aseguró que lo normal es exigir a los empleados los idiomas necesarios para dar servicio a la ciudadanía.
La izquierda abertzale aprobó este nuevo requisito para los conductores de la empresa municipal el pasado 31 de enero, en el seno del consejo de administración de la sociedad. El cambio salió adelante gracias a los votos de Bildu, el PNV y el sindicato Kurpil. A partir de ahí, los nuevos conductores de Dbus se veían obligados a acreditar que saben atender a los viajeros en euskera, por lo que el examen de acceso tendría una parte en lengua vasca y otra en castellano.
UGT, que tiene una importante representación entre los trabajadores de los autobuses municipales, se abstuvo, al igual que el PP y el PSE. El concejal socialista del Ayuntamiento de San Sebastián, Ernesto Gasco, aseguró que su grupo estudiaba la posibilidad de acudir a los tribunales al entender que la decisión no era legal. El Ayuntamiento explicaba después que sus planes pasaban por que los aspirantes a chóferes tuvieran que presentarse a una prueba oral en euskera destinada a comprobar si eran capaces de desempeñar en esta lengua «las funciones que realiza un conductor en el día a día».
En su recurso, UGT argumentaba que el conocimiento de uno de los idiomas oficiales, en este caso el euskera, no podía pasar de ser puntuable –como mérito– a obligatorio –requisito– en las pruebas de acceso a la compañía municipal de transportes.