EL MUNDO 01/02/14
· «Tendríamos que desplegar las tanquetas»
El diputado general de Vizcaya, el nacionalista José Luis Bilbao, empuñó ayer con fuerza la pala para enterrar las opciones de San Mamés como sede de la Eurocopa augurando una batalla campal de tintes guerracivilistas si la selección española juega en el campo de Bilbao… en 2020: «Tanquetas» en la calle, «aguiluchos» en las banderas, la hostelería bajando las persianas aterrorizada ante los «cristales rotos».
Ni siquiera sus colaboradores lo esperaban. Tampoco el PNV, que un día antes había hecho encaje de bolillos en el Ayuntamiento de Bilbao para zanjar las polémicas palabras de José Luis Bilbao en contra de que San Mamés acoja el campeonato sólo por evitar que la selección española juegue en el campo como anfitriona, sin enfrentarse a una selección vasca oficial. Las «disculpas» que el diputado general había entonado tan sólo dos días antes en las Juntas de Vizcaya por unas declaraciones mucho más suaves, y las maniobras de contención de daños que había realizado su partido –el alcalde de Bilbao, el lehendakari y el portavoz del Gobierno vasco incluidos– apostando por el pragmatismo en detrimento del nacionalismo exacerbado, saltaron ayer por los aires con una salida de tono que será recordada.
«Si mañana jugara España en San Mamés», advirtió Bilbao, «se producirían varios fenómenos. Primero, junto a la selección española vendrían un montón de autobuses con banderas rojigualdas, con aguiluchos y con toros negros encima, a tomar posesión de las provincias traidoras», dijo identificando a los seguidores de la Roja con los simpatizantes de la dictadura franquista. «Y a la vez habría otro grupo grande esperándoles a esos en la Gran Vía en una quedada a mitad de camino. Y tendríamos un despliegue de toda la plantilla de la Ertzaintza con todas las tanquetas en la calle. Y la hostelería igual no tendría mucho negocio que hacer, porque tendrían que bajar las persianas para que no les rompieran los cristales. (…) Tendríamos un problema muy serio de orden público y de seguridad ciudadana», afirmó, explicando lo que quería decir cuando hablaba de que España no podría jugar de forma «normalizada» en San Mamés.
«Eso es cierto y no me invento nada. Conocemos la realidad, los unos y los otros (…) Eso está ahí y es innegable», insistió. Es algo que «todo el mundo tiene en la cabeza pero nadie expresa». Por eso pidió desde la emisora Radio Popular una «reflexión» a los responsables políticos. Si quieren evitar una batalla campal, vino a decir, San Mamés no debería ser sede de la Eurocopa; más allá de que su impacto económico pudiera ser «importante», según reconoció (se calcula que el evento reportaría a Vizcaya 30 millones de euros).
Otro argumento: en Bilbao «no hay una gran afición a la Roja». «Cuando ganó el Mundial no vi celebraciones multitudinarias en ningún sitio, sólo dirigentes del PP poniendo la bandera española a la estatua de José Antonio Aguirre», afirmó. No recordó que en el País Vasco no ha habido libertad en las últimas décadas para apoyar nada que sonara a España porque ETA asesinaba y amenazaba al enemigo, y que ese silencio pesa todavía demasiado.
Las grietas del PNV ante la Eurocopa se han visto con claridad estas semanas a raíz de las primeras declaraciones de Bilbao, que reconoció como un «error» el miércoles, en un cambalache curioso: el PNV afirmaba que su partido apuesta por la riqueza que el evento generaría en el territorio, pero acto seguido todos sus junteros, con José Luis Bilbao a la cabeza, unieron sus votos a los de EH Bildu para impedir que prosperaran las mociones presentadas por el PP y el PSE-EE a favor de que la Eurocopa recale en Vizcaya.
Un día después, el alcalde Iñaki Azkuna tendió puentes para resolver el entuerto. Al contrario de lo ocurrido en la Cámara foral, los nacionalistas bilbaínos firmaron con populares y socialistas una proposición por la cual el Pleno municipal mostró su «deseo» de que San Mamés fuera sede del certamen de la UEFA. El regidor se pronunció ayer de nuevo desmarcándose de las últimas aseveraciones de José Luis Bilbao. Azkuna subrayó que la Eurocopa tiene que «venir a Bilbao» y que no se puede «perder el tiempo en discusiones vacías». Sabin Etxea guardó silencio.