Santiago González-El MUndo
PODEMOS se ha tomado por lo criminal que Ana Pastor haya rechazado a Juan Carlos Monedero como miembro del Consejo Asesor para la organización de los actos conmemorativos del 40 aniversario de la Constitución el año próximo. La presidenta del Congreso ha pensado con buen criterio que el perfil de Monedero no era el más adecuado para organizar un homenaje a la Carta Magna, así que presumiblemente no asistirán tampoco a la conmemoración de este año y nos privarán de ver a Pablo con su camisa Alcampo a cuadros arremangada hasta el codo.
El año pasado no asistió y tampoco lo hizo el niño zangolotino de la beca ‘Black’. Por cierto, que ayer estuvo de ‘guest star’ en el estupefaciente ‘Las mañanas de Cuatro’ y allí dijo que el PP tenía organizado «un mercado de alfombras persas». Persas, iraníes, ¿comprenden? En cambio, sí asistieron a la de 2015, porque estábamos ya en la campaña para las generales del 20-D y no había que despreciar ni una sola foto.
«Fui el primer expediente de mi promoción, llevo seis ediciones del libro sobre la Transición y 14 de otro sobre la democracia, estudié en Alemania, invitado dos veces a hablar en la ONU, titular de Universidad, 25 años de experiencia. Dice el PP que no le valgo”.
El libro que cita se titulaba ‘La Transición explicada a nuestros padres’. Apenas sabía nada sobre su autor entonces, pero me pareció una proclama asombrosa. Recuerdo haber comentado el año pasado, durante un mano a mano sobre la Transición con Bustos, que debería haberlo titulado ‘Mi inmaculada concepción contada a mis progenitores’, porque es seguro que aún se hallan sorprendidos por el portentoso acontecimiento. Después de María de Nazareth, tras la visita del arcángel, no habrá existido mujer en este mundo tan sorprendida por el fruto de su vientre como la madre de Monedero.
El rebuzno de Monedero fue respondido al punto por un afinado trino de Antonio Naranjo: «Bueno, Jack ‘el Destripador’ sabía mucho de medicina y no le encargaban un Congreso de Cirugía. A ver si va a ser porque decía que la Transición fue una trampa y la Constitución hay que cargársela. Así, hilando fino». Qué gran ocasión desperdiciada para alfombrar nuestra Constitución de valores bolivarianos, o de tapizarla con alfombras persas, que tanto