ABC – 15/02/15
· Lars Vilks, amenazado por dibujar a Mahoma como un cerdo, participaba ayer con el diplomático francés en un debate sobre el islam y la libertad.
Un terrorista disparó ayer varias ráfagas de disparos contra los asistentes a un debate sobre islam y libertad de expresión celebrado en un centro cultural de Copenhague. Una persona murió y tres policías resultaron heridos en el ataque, del que salieron ilesos el embajador de Francia y el famoso artista y caricaturista Lars Vilks, a cuya cabeza Al Qaida había puesto precio por dibujar a Mahoma como un cerdo. El atentado confirma los análisis más inquietantes llevados a cabo en estas semanas: que las matanzas del 7, 8 y 9 de enero en París fueron un «11–S cultural», que amenaza a Francia y a toda Europa.
El atacante se abrió paso a tiros en el centro cultural «Krudttonden», donde se celebraba un debate sobre «Arte, blasfemia y libertad de expresión», en homenaje a la revista satírica «Charlie Hebdo». Al principio se dijo que fueron dos los atacantes, pero después se rectificó y se señaló que el atentado fue llevado a cabo por un solo terrorista. Las autoridades difundieron una imagen captada por las cámaras de seguridad en la que se ve a un hombre joven cubierto por un gorro que porta una voluminosa bolsa negra.
Los organizadores habían invitado al embajador de Francia en Dinamarca, François Zimeray, y a Lars Vilks, historiador del arte, escultor y dibujante sueco, a quien los yihadistas habían amenazado de muerte por sus caricaturas de Mahoma. Poco después de las cuatro de la tarde de ayer, los asistentes al debate fueron sorprendidos por una ráfaga de unos veinte disparos, según los testigos. «Nos disparaban desde el exterior del edificio. La intención del ataque era la misma que la perpetrada contra «Charlie Hebdo». La única diferencia es que esta vez no pudieron entrar en la sala», afirmó a Afp el embajador francés.
Los policías responsables de la seguridad de Lars Vilks ocultaron a su protegido con gran celeridad en algún lugar entre la cocina y la despensa del centro cultural. El artista y sus protectores siguieron al tiroteo «haciendo chistes de humor negro», según contaron después. El embajador de Francia intentó ocultarse bajo una mesa.
La huida
Las fuerzas de seguridad respondieron de inmediato al atacante, que huyó en un Volkswagen Polo de color negro. El terrorista no pudo entrar en la sala donde se debatía. Si lo hubiera conseguido, sin duda el número de víctimas habría sido muy superior. Conscientes del riesgo potencial que implicaba el debate, las autoridades danesas habían puesto el centro cultural bajo protección policial. Frustrado el intento de un nuevo baño de sangre, el terrorista vació el cargador de sus arma disparando contra las ventanas del local.
ABC – 15/02/15