Rebeca Argudo-ABc

  • La falacia de la ‘reductio ad Hitlerum’, o ‘ad nazium’ es en un político de una deshonestidad intelectual que asusta

Dice Patxi López que si en una mesa se sientan un nazi y diez que lo respetan, en esa mesa hay once nazis. La ocurrencia le ha servido para no contestar a un periodista acreditado, pero se ve que la lógica solo opera con nazis. Si en lugar de una mesa es un Peugeot y, en vez de nazis, viajan dentro tres corruptos aficionados a la cópula por remuneración, con el líder de la banda no pasa nada: son solo tres puteros y un caballero. Y únicamente desde el momento en que los pille la UCO con el carrito del helado, nunca antes. La falacia de la ‘reductio ad Hitlerum’, o ‘ad nazium’, que es la utilizada en este caso por López, es, en un político, de una deshonestidad intelectual que asusta. Solo alguien carente de argumentos (y básico entendimiento) puede creer que desacredita un punto de vista discrepante (o esquiva una pregunta incómoda) mediante una refutación tan endeble como que nazis (o Hitler) compartían esa idea. También se cordaban los zapatos, creo recordar, y aquí estamos todos sin haber inventado todavía un método mejor (el velcro no cuenta si tienen más de ocho años). Entiendo que, como portavoz del Grupo Socialista, la papeleta es fina. No le desearía ni a mi peor enemigo estar estos días en su pellejo. Comprendo, pues, que ya solo pueda tirar, a la luz de los hechos, de premisas falsarias y dientes dientes (a lo Pantoja), porque dicen que es lo que les jode. Pero si a ellos se les está haciendo largo e insoportable el tedioso tránsito a pecio de su (limpia, limpísima) organización, que imaginen a nosotros. No nos da tregua la actualidad. Nos pasa como a los amigos de Georgina: aquellos parpadean y se pierden un viaje de gorra a las Maldivas y, nosotros, tardamos dos minutos en darle a F5 y refrescar y se nos han acumulado tres escándalos. Hasta Grok se ha rendido, pidiéndome disculpas. Estaba tratando de poner orden en un croquis con colorinchis, que entre tanto jaleo y tanta trama ya no sé de dónde me sale tanto encausado, investigado, acusado y sospechoso, y al pedirle a la IA que me echara una mano por si se me había pasado alguno, casi se me echa a llorar. Le he dicho que no se apurase, que me hablase de los más relevantes y recientes. Y ahí sigue, la pobre, haciendo tablas. Casi voy más rápido por mi cuenta, con recortes de fotos, hilo rojo y ‘postits’ de colores. Que menudo cirio tengo montado: Begoña Gómez, David Sánchez Pérez-Castejón, José Luis Ábalos, Víctor de Aldama, Koldo García, Santos Cerdán, José Antonio Marco Sanjuán, Ángel Víctor Torres, Francina Armengol, Juan Bernardo Fuentes Curbelo, Juan Espadas, Fernando Villén, Álvaro García Ortiz, Leire Díez, Isabel Pardo de Vera, Miguel Ángel Gallardo, Antonio Rivas… Solo me falta encontrar el vínculo entre todos ellos, el número uno, para cambiar la fotito negra con interrogante blanco que tengo en el centro por la suya. Ojalá ser Patxi López y tenerlo tan fácil como pensar en nazis y en las mesas donde se sientan.