Un poco más a la izquierda

ENRIC GONZÁLEZ – EL MUNDO – 27/06/16

· Resulta que vivimos en el mismo país en el que vivíamos hace seis meses. Qué sorpresa. Después de una temporada de furia, ruido y unas cuantas ridiculeces, estamos donde estábamos. Cataluña, como el resto de España, ha votado más o menos lo que votó en diciembre pasado. Y eso es buena noticia para Convergència Democràtica, la única formación que se arriesgaba a un batacazo. Los convergentes presiden un Gobierno autonómico frágil e inoperante, peleado con sus socios-enemigos de la CUP e incapaz de aprobar los presupuestos, y aún así aguantan.

En Comú Podem gana y Esquerra Republicana mantiene el liderazgo de ese fenómeno cada vez menos descriptible llamado procés, pero CDC sigue ahí. La refundación de la derecha nacionalista es todavía un proceso factible. El equilibrio entre independentistas (ERC y CDC, descartando a la CUP por incomparecencia), españolistas (PP, PSC y Ciudadanos) y ambiguos (En Comú Podem) se mantiene más o menos.

Pero el resultado es malo para un independentismo en horas de incertidumbre. Sobre ese frente flotaba la ilusión de que en Madrid se instalara un gobierno de izquierdas, más o menos contemporizador con la reivindicación del referéndum o, al menos, capaz de hacer gestos amistosos. Eso no ocurrirá. Lo que se percibe en el horizonte es más de lo mismo: un frenético pedaleo en el vacío.

Conviene disipar el humo de los medios de comunicación y las redes sociales. Alguien pudo suponer que la publicación de las grabaciones de Jorge Fernández Díaz, ministro del Interior y cabeza de lista del PP por Barcelona, perjudicaría el resultado de los populares. Error. Queda claro que al votante del PP le parece muy bien que el Gobierno husmee en los posibles chanchullos del independentismo, incluso si las formas no son muy elegantes. Y queda claro también que el votante del PP en Cataluña constituye una especie tan minoritaria como irreductible, mucho más resistente que el de Ciudadanos.

¿Qué decir del PSC? El resultado electoral, un poco peor que en diciembre, demuestra que la transferencia de su vigor simbólico hacia En Comú Podem es un hecho consolidado. El PSC solía ser el perejil de todas las salsas. Aún lo es hasta cierto punto, vista su capacidad para pactar con todo el mundo y su habilidad para administrar sus menguantes fuerzas. Pero la función tradicional del PSC es asumida inexorablemente por En Comú Podem, que no es lo mismo que Podemos.

Aunque en Cataluña existan muchos votantes de Pablo Iglesias, quien maneja el negocio local es Ada Colau. Desde la plataforma de poder del Ayuntamiento de Barcelona, Colau dispone de los recursos necesarios para fraguar un partido político de mayor espectro que Podemos. A poco hábil que sea, la recreación de lo que durante la transición posfranquista fue el PSUC, sucursal hasta cierto punto interclasista e italianizada del PCE, está en su mano. El hipotético nuevo PSUC tendría una gran ventaja sobre el antiguo: lo que quede del PSC puede ser un juguete en sus manos.

Las cosas quedarán mucho más claras en las próximas autonómicas, que, a juzgar por la precariedad del pacto entre Junts pel Sí (una coalición que ya no existe) y la CUP, no tardarán demasiado en celebrarse. Ahí se verá si Podemos ostenta realmente la hegemonía completa o si, más probablemente, se repite el viejo juego: En Comú Podem mayoritaria en las generales, como lo era el PSC, y Esquerra Republicana mayoritaria en las autonómicas, como lo era Convergència. Lo mismo de antes, desplazado hacia la izquierda.

ENRIC GONZÁLEZ – EL MUNDO – 27/06/16