El discurso navideño de Felipe VI venía precedido de grandes expectativas debido a las dramáticas circunstancias por las que discurre nuestra vida política. Hay que decir que el rey cumplió. Su discurso de Nochebuena fue el mejor de los que pronunció en estas fechas, solo superado por el del 3 de octubre de 2017. El Jefe del Estado sabe defender la Constitución y esta no es una cuestión menor tal como está el ambiente.

Cuatro fueron los puntos fuertes del mensaje: los tres peligros que pueden socavar la democracia: la división, el deterioro de la convivencia y la erosión de las instituciones y una receta clave para hacerles frente: “los españoles tenemos que seguir decidiendo todos juntos nuestro destino”, aclaración muy pertinente para la exigencia del golpismo catalán de arrancar un referéndum de un Gobierno como el que padecemos.

Felipe VI, ya digo, estuvo bien y su mensaje estuvo a la altura  de lo que esperaba: fue rigurosamente ignorado por las televisiones públicas catalana y vasca: ETB siguió la tradición sin hacer la mínima alusión al discurso hasta el minuto 17 de su Teleberri nocturno. Antes hubo generosos reportajes sobre la visita del Olentzero, el tradicional poteo previo a la cena en las capitales vascas, noticia de la guerra de Ucrania con el detalle del ataque ruso a Jersón, la situación del periodista vasco Pablo González, preso en Polonia  bajo ac¡usación de espionaje desde hace diez meses, el temporal de frío que ha hecho cancelar 1.800 vuelos en EEUU, el torneo de Kutxabank de pala, los 211 vuelos que registró el aeropuerto de Loiu (Bilbao), testimonio de las farmacias sobre la cantidad de vascos que han comprado su test de antígenos como medida precautoria contra las aglomeraciones familiares que han vuelto este año a las cenas de nochebuena, un videoclip de las Pussy Riot contra Putin y finalmente la noticia de que “acaba terminar el discurso de Navidad del Rey de España”, 20 segundos entre la locución de la presentadora  y el corte de voz e imagen del monarca.

Como siempre pasa, lo que en Nochebuena era una noticia irrelevante se transformó en asunto capital a mediodía de ayer, con las reacciones de los partidos vascos a las palabras del Rey, solo adelantada por la muerte a cuchilladas de un joven en el centro de San Sebastián, entre el hotel María Cristina y el teatro Victoria Eugenia y la detención de los presuntos.

Tres minutos y diez segundos con el balance ya sabido: críticas negativas del PNV, EH Bildu y Podemos y favorables del PSOE y PP. Sin unanimidad, claro. Onán Elorza había pedido la víspera que el Rey se posicionara del lado del Gobierno en la batalla por el Tribunal Constitucional. Y no vio recogidas sus aspiraciones: «Qué decepción. Y luego de propina en TVE… Raphael. Va de retro (sic)».

Esto viene a demostrar que Elorza no es un sanchista puro, porque Pedro Sánchez habrá interpretado el mensaje como un espaldarazo a su política y una denuncia de los incumplimientos constitucionales del principal partido de la oposición. Sanchez es el personaje de la rana en la fábula en que se quejaba el rey de la selva de que “hay un bichito verde en la charca, que no ha parado de croar en toda la noche y no me ha dejado pegar ojo”. Sánchez es la rana, comentando: “Menuda bronca le acaba de meter el Rey al cocodrilo”.